Hay películas que son tan malas, que terminan volviéndose de culto, y justo eso fue lo que pasó después de la aparición de la primera entrega de Sharknado. La idea de que un tornado de tiburones pudiera azotar al mundo y que los escualos, fuera del agua, pudieran comer y matar gente era tan descabellada, que terminó enganchando hasta estrellas de Hollywood como Olivia Wilde, quien quedó asombrada. Esta saga se ha convertido en imprescindible para los amantes de la ciencia ficción y tras cinco películas ha llegado a su fin, permitiendo que los tiburones (que nadie sabe por qué no se han ahogado) vuelvan al mar y dejen de generar destrucción infinita.
Pero esto no es lo único divertido de Sharknando, también lo es una pareja protagonista sin la menor química entre sí, como la que no existe entre Ian Ziering y Tara Reid, la aparición sorpresa de invitados especiales que nada tienen que ver en la saga, los efectos chafas y una trama por demás predecible. Todo junto, hace la receta perfecta para este desastre cinematográfico y su éxito en popularidad, que francamente, es de pena ajena. Pero eso no impide aventarnos un maratón en Netflix de la peor a la menos mala película de la saga de Sharknando para dejarnos envolver en el tornado de escualos hambrientos antes de checar el estreno este domingo