Después de varios retrasos en su estreno por la situación que continúa aquejando al mundo, Rápidos y furiosos 9 por fin ha llegado a cartelera de cines de México y varias partes del mundo, con el objetivo de expandir esta saga y arrancar con los estrenos fuertes de veranos en cartelera. Las primeras reacciones fueron positivas dentro de los estándares de la franquicia, pero ahora que pudimos verla es momento de hablar SIN SPOILERS de lo bueno y lo malo.
LO BUENO DE ‘RÁPIDOS Y FURIOSOS 9’
ENTRETENIMIENTO A GRAN ESCALA
Sabemos que no se puede esperar una película con lógica en la saga de Rápidos y furiosos. Regularmente Dominic Toretto (Vin Diesel) y compañía se esfuerzan por rebasar sus propios límites, pero no con la misión de que todo sea posible en la vida cotidiana, sino con la mira bien puesta en ofrecer al público escenas con mucha acción, efectos especiales y destrucción de vehículos. Obviamente para esto se necesita de un gran presupuesto y esto no ha sido un obstáculo para la franquicia.
Para Rápidos y furiosos 9 logras sumergirte desde los primeros minutos en secuencias de destrucción masiva de tanques, balazos por doquier y a los integrantes del grupo protagonista. Algunas acciones tienen que ver con México, así que para nosotros se convierte en un ingrediente extra. El acierto de todo esto es que las secuencias trepidantes se mantienen en buena parte de la película, es decir, logras desconectarte de todo para enfocarte en la pantalla grande y mirar, entre otras cosas, cómo Dom se pelea con su hermano Jakob (John Cena) y diversas persecuciones a gran velocidad. En pocas palabras, te entretienes.
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Universal Pictures
SE BURLA DE SÍ MISMA
Rápidos y furiosos 9 tiene varios momentos de humor en los que logran sacarte una risa auténtica. Principalmente Roman (Tyrese Gibson) es quien protagoniza estos momentos, pero lo curioso no es que nuevamente se quiera hacer el gracioso, sino que tiene diálogos en los que se burla de la saga en sí misma. Y es que sabemos que con el pasar de los años estos personajes son quizá tan invencibles como cualquier superhéroe, por lo que hay ciertas referencias a cómo es que logran hacer esto.
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Parte de la curiosidad por ver las diversas entregas de Rápidos y furiosos es ver cómo superan las escenas inverosímiles anteriores, y con ello me refiero a que hay secuencias como la bomba submarina o hacer que un coche pase de un edificio a otro a gran velocidad, resultan motivo de risa. El director Justin Lin lo sabe y parte de su visión es hacer de esta burla colectiva parte de la cinta. Esa visión para poder conectar con el público es lo que caracteriza a la saga; se retroalimenta de los comentarios y en lugar de tratar de corregir la tendencia la abraza como parte de su identidad y esa fórmula la repite ahora con chistes sobre la falta de credibilidad que muchas escenas tienen.
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