'The Politician 2': Lo bueno y lo malo de la temporada 2 en Netflix

Prácticamente nueve meses después del estreno de la primera temporada ha llegado a Netflix la segunda entrega de The Politician, serie cocreada por Ryan Murphy (American Horror Story) que sigue los pasos de un chico en sus aspiraciones por convertirse en un político capaz de llegar hasta la mismísima casa blanca. Esta producción ha sorprendido a propios y extraños por su forma tan fluida y fresca de abordar la política, por lo que maratonearla es realmente sencillo gracias a la gama de personajes protagonistas y trama que de cierta forma es una sátira del trabajo que conlleva un cargo democrático, pero ¿la temporada dos está a la altura de su antecesora?

‘THE POLITICIAN 2’: ¿UNA DIGNA CONTINUACIÓN?

En la segunda temporada de The Politician, Payton (Ben Platt) busca ganar las elecciones del senado de Nueva York contra la experimentada Dede Standish (Judith Light), y para hacerlo se vale de la preocupación por el cambio climático y la empatía de los jóvenes, orillándolos a salir a votar. Algunas cosas resaltan en estos siete episodios que conforman esta entrega, como la atípica duración de los episodios que van desde más de 50 minutos hasta menos de 30, lo cual realmente es un acierto al no estirar de más las historias que componen los capítulos.

Sin embargo, en la temporada dos se siente un poco quemado el cartucho de ciertas partes de la trama, y es que algunos elementos se repiten respecto a los episodios de hace meses, por lo que se pierde un poco de originalidad. Por otro lado, hay nuevas situaciones que aquejan a los protagonistas y que son simpáticas, sobre todo con McAfee (Laura Dreyfuss), James (Theo Germaine) y Skye (Rahne Jones), quienes ahora tienen una relación de amistad tóxica que refleja lo demandante de su trabajo.

Algo que realmente funciona en The Politician es el sarcasmo de los personajes para referirse a cosas específicas de la política. Vanidad, ego, publicidad y “bienestar social” son algunas de las cosas que refleja la personalidad de los protagonistas con cargo democráticos. Esa sátira a la realidad es lo que les da altura a los episodios, sobre todo en los nuevos a Georgina Hobart (Gwyneth Paltrow), quien con cinismo, descuido y hasta ignorancia se encarga de postularse para puestos importantes en la política.

No obstante, también hay capítulos flojos (sobre todo en la primera mitad de la segunda temporada) que tropiezan las acciones de la historia en general, quizá por lo repetitivo que suena un tema sobre ambas campañas y que alargan de más hasta llevarlo a las últimas consecuencias y que pudimos ver pistas de ello en el tráiler y con nuestro slideshow: The Politician: 10 cosas que inevitablemente sucederán en la temporada 2 de la serie de Netflix. Y no puedo dejar de mencionar el final que no es tan bueno como el de la primera temporada, aunque eso sí, deja la puerta abierta para la extensión.

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