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    'The Eddy': Lo bueno y lo malo de la serie de Netflix

    Hay muchas cosas positivas que rescatar de este drama musical en el que Damien Chazelle hace su debut como director de una serie.

    The Eddy ha llegado a Netflix y no sólo significa la inclusión al catálogo de una serie que le hace justicia al jazz mediante el uso de esta música a lo largo y ancho de los episodios, sino también el debut como director de televisión para Damien Chazelle, el galardonado director detrás de películas como Whiplash y La La Land. Si bien sólo se encarga de comandar un par de capítulos, son los más largos del seriado además abrir las acciones de la historia, ya que son los dos primeros.

    No esperes ver algo con números musicales coreografiados minuciosamente cada 30 minutos, ya que no es el objetivo de la serie, sino presentar una historia de corte más humano con los acordes del jazz como el centro de la historia, pero de una forma menos ficticia y más terrenal. A lo largo de los ocho capítulos descubrimos que la música es el alimento del alma para los protagonistas, pero no por ello pueden dejar de lado los problemas que pone enfrente la vida.

    André Holland es el núcleo de esta historia en la que interpreta a Elliot Udo, un músico famoso de Nueva York, pero que decidió no seguir con su prometedora carrera para darle prioridad a mudarse a París y abrir un club de jazz junto con un socio comercial. Ambos arriesgaron lo que tenían para realizar su sueño, pero hay una serie de obstáculos que van haciendo turbulento el camino y que incluye negocios turbios, problemas familiares, falta de recursos y hasta la policía.

    Partiendo de lo anterior como base, The Eddy genera un relato mucho menos bello y fantasioso de la vida en París. Se convierte en una historia densa y personal de un puñado de personas que no viven de sus sueños, sino que se adaptan a los golpes que el destino les tiene preparados. En cada episodio la música no falta y de hecho hay variedad de composiciones, ya que van desde baladas suaves con la voz distintiva de Joanna Kulig (protagonista de la tres veces nominada al Oscar: Cold War), pasando por improvisaciones, hasta llegar a temas mucho más formados y que crean una pieza de jazz.

    Llena de tribulaciones, enigmas y mucho ritmo, The Eddy tiene en su historia uno de los aspectos más nutridos debido a la profundidad de los personajes. Se nota a leguas un trabajo intenso detrás de cada papel, por ello los episodios tienen el nombre de varios de los protagonistas, debido a que exploramos más sobre ellos siempre mirando hacia adelanta, ya que no hay flashbacks a cuadro, sólo recuerdos hablados de la vida que se les ha escurrido por las manos a las personas dentro de la ficción.

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