La segunda temporada de Altered Carbon ya está disponible en Netflix y con ello descubrimos qué sigue para Takeshi Kovacs (ahora interpretado por Anthony Mackie) en este universo cyberpunk en el que las pilas y las fundas abundan, así como las traiciones e intereses propios. En la nueva entrega (y como nos habían adelantado al final de la primera), Tak tiene como objetivo encontrar a Quellcrist Falconer (Renée Elise Goldsberry), ya que Rei (Dichen Lachman) le dijo que hizo un respaldo antes del accidente.
Pero Kovacs no está sólo en su misión, ya que nuevamente Poe (Chris Conner) está a su lado y a lo largo de su trayecto se encuentra con personas que conoció hace tiempo, así como con nuevos rostros que se interponen o apoyan su objetivo, todo esto enmarcado en el planeta Harlan, en medio de una guerra que sostienen los quellistas (o revolucionarios) contra el gobierno y la opresión ejercida.
Los nuevos episodios presentan una historia mucho más condensada que la anterior (por ello sólo son ocho episodios), ya que no pierden tanto tiempo en desarrollar historias secundarias que al final no tienen mucho peso, sino que se enfocan en Tak y su objetivo principal, así como en los personajes que lo rodean y sus cruzadas personales. Todos ellos convergen en un punto, por lo que cuando llegas a la batalla final realmente es más un acto coral que individual que agrega emociones a la secuencia.
Nuevamente es un mat (persona pudiente) quien trae de vuelta a Kovacs, por lo que hay similitudes en ciertos aspectos con la temporada anterior, pero la nueva entrega tiene más personalidad; hay varias conexiones con el pasado, pero en realidad su camino es como de antología, un nuevo concepto que, si bien no puedes entrarle sin haber visto los episodios anteriores, realmente se sostiene por sí sola.