Los miedos universales, como el miedo a la oscuridad, a la muerte o a lo desconocido, han existido desde que el hombre camina erguido, si no es que mucho antes. Desde que el cine existe, todas estas angustias las hemos visto reflejadas en películas de terror, y te apostamos a que varias de ellas te han causado pesadillas o por lo menos, ganas de dormir abrazado a tu mamá (no te hagas).
Si bien las historias de terror siempre se construyen a partir de suspenso y 'sustos', algunas producciones, como en el sub-género del Slasher, comenzaron a abusar del susto porque apenas se requiere más que, una buena banda sonora, apariciones sorpresa del villano, música de suspenso (como en Halloween), y mucho gore para lograr su objetivo, que no es otro que provocar que el espectador pegue de gritos en repetidas ocasiones. En últimas fecha a este tipo de cine de terror se le ha denominado 'Susto fácil' en críticas y artículos especializados. No obstante su éxito comercial, últimamente está siendo reemplazado por el Terror adulto.
La principal diferencia entre el Susto fácil y el Terror adulto es la construcción de la historia. En las producciones de susto fácil, desde un principio empezarás a saltar de tu butaca, así que el arco dramático de sus personajes, la construcción de una atmósfera o la trama, pasan a segundo término. En cambio, el terror adulto toma su tiempo para construir el suspenso a partir de una historia inteligente, anclada en los miedos reales y profundos del espectador que son parte de personajes bien delineados. En pocas palabras, el Terror adulto se finca en generar un terror psicológico.
Para nuestra fortuna, el Susto fácil, que muchas veces en lugar de miedo te da risa, está teniendo menos relevancia y está dejando espacio para esta nueva tendencia en el género del terror. Aquí te presentamos a siete de los mejores y más recientes exponentes del Terror adulto...