Parece que fue ayer, pero ya han pasado diez años desde que Iron Man hiciera su primera aparición en pantalla y con eso diera incio el Universo Cinemático de Marvel, uno de los fenómenos cinematograífcos que definen al siglo XXI. Nadie sabe con certeza si Stan Lee y sus secuaces ya planeaban la franquicia desde entonces, pero lo más seguro es que nunca se imaginaron el alcance que tendría.
De hecho, estaban a punto de tirar la toalla después de que el proyecto llevaba 17 años en proceso. Primero iba a ser producida por Universal en 1990, pero después le vendieron los derechos a Fox, quien a su vez los traspasó a New Line Cinema. Finalmente Marvel decidió tomar el proyecto en sus manos haciendo de esta la primera cinta producida por Marvel Studios.
UN ANTES Y UN DESPUÉS
Quizá al que menos se le ocurría lo que representaría Iron Man en ese entonces, era a Robert Downey Jr., quien era un 'chico malo de Hollywood' del mismo bajo nivel que Charlie Sheen, y quien estaba de nuevo a la baja después de otro tropiezo tras su éxito en la serie Ally McBeal. Curiosamente fue su escabroso pasado lo que hizo que el director Jon Favreau lo considerara como el más indicado para el papel, principalmente porque consideraba que Downey podría hacer de Tony Stark un 'imbécil que le cayera bien a la gente', ya que el actor, al igual que el personaje había tenido que encontrar un equilibrio interno para superar los obstáculos que la vida les había presentado.
El actor siempre ha afirmado que ser parte del MCU le ha cambiado la vida, principlamente porque lo ayudó a dejar su adicción a las drogas, pero también porque lo motivó a ponerse en forma: desde que interpreta a Iron Man Downey Jr. hace pesas cinco días a la semana y practica artes marciales. Durante la gira promocional de Captáin América: Civil War dijo en broma pero muy en serio:
No existe el Universo Cinemático de Marvel sin mí. He hecho de todo en él. No me tomo a mí mismo en serio, pero sí tomo a Tony Stark muy en serio.