En el mundo del cine de terror, los insectos han sido una fuente constante de miedo y ansiedad para las audiencias. Desde clásicos como La mosca de David Cronenberg hasta Aracnofobia de Frank Marshall, las películas han aprovechado el miedo inherente a estos pequeños animales para crear historias de peligro y suspenso. La idea de ser acosado por arañas venenosas y letales ha sido un tema recurrente que ha alimentado los temores más profundos.
Sin embargo, en los últimos meses, desde su estreno en el Festival de Venecia en septiembre de 2023, una película ha irrumpido en la escena del terror con una premisa aún más inquietante: el uso de arañas reales para intensificar el horror. Arácnidos, el debut de Sébastien Vaniček que llega a las salas de Cinépolis y Cinemex este jueves 21 de marzo, pretende perturbar a la audiencia a partir de que la criatura en cuestión sea un animal del mundo real y no un monstruo ficticio.
El impacto de ‘Arácnidos’: La película de insectos que está aterrorizando a las audiencias
La película comienza cuando un grupo de hombres, que trafican con insectos y animales exóticos en el mercado negro, desentierran un nido de arañas mortales en el desierto, pero no sin que su grupo sufra varias bajas. Una de las arañas acaba siendo comprada por Kaleb (Theo Christine), un joven cercano a los treinta años interesado en coleccionar criaturas exóticas, y emocionado añade este nuevo ejemplar a su colección.
No obstante, Kaleb está actualmente envuelto en una crisis familiar con su hermana, Manon (Lisa Nykaro), ya que no están de acuerdo sobre cómo manejar el apartamento que heredaron recientemente de su madre fallecida, ya que no pueden permitirse el lujo de completar las importantes reparaciones necesarias. Durante sus pequeñas discusiones, la araña escapa y se multiplica rápidamente, y la letalidad de su especie pronto diezma su complejo de apartamentos, alertando a las autoridades sobre un peligro que se propaga rápidamente.
Un gran temor al ingresar a Arácnidos era que estaría repleto de arañas CGI, afortunadamente, Vaniček y su equipo han empleado arañas prácticas y reales durante gran parte de la película, utilizando CGI solamente para retocar y mejorar las escenas que involucran hordas de ellas. En las primeras etapas del relato, Vaniček mantiene las arañas reales desenfocadas en el fondo detrás de personajes desprevenidos, mientras que las arañas realmente grandes que pueblan el tercer acto están completamente generadas por computadora.
La película revela sus influencias a través de sus locaciones oscuras y claustrofóbicas, reminiscentes de REC de Jaume Balagueró y Paco Plaza, así como de su horror corporal sangriento al estilo de Alien de Ridley Scott y La cosa del otro mundo de John Carpenter. Esta amalgama genera una atmósfera espeluznante que se complementa con el trabajo cinematográfico ágil de Alexandre Jamin, quien ocasionalmente emplea ángulos desorientadores para simular el movimiento de los insectos.