La familia McCullough solía pertenecer a la clase media y estar rodeados de ciertas comodidades que pronto desaparecieron debido a las adicciones del propio padre y madre, por lo que su hijo, DeAndre McCullough ve estropeado su futuro e intenta salir adelante con lo que puede. Toda la familia ahora reside en un ambiente marginal y que está plagado tanto por la violencia y las drogas, muy pocos logran sobrevivir en el barrio en el que viven, así que DeAndre se dispone a vender droga, pues quiere juntar el poco dinero que gana para salir de aquel agujero y de esta forma perseguir la vida que tanto ansía, estar lejos de sus padres. Ellos se volvieron completamente adictos a la heroína, se descuidaron y buscan robarle el poco dinero que gana su hijo para así seguirse surtiendo. DeAndre padece una vida complicada en medio de todo lo que vive, pues todos los días lucha para no caer en las drogas, tener una buena relación con su novia y no dejarse consumir por entorno.