La relación entre Kate y Rick se vuelve más seria, ambos están felices con lo que han creado y por lo mismo Rick cree que es tiempo de pedirle matrimonio a Kate, sólo que ella no sabe qué responderle. La detective se encuentra dividida por la emoción y su carrera, pues ella ama bastante a Castle, sólo que su propuesta llega en un momento complicado ya que le han ofrecido un gran trabajo en Washington del que aún no le ha hablado. Kate deberá decidir si sigue su corazón o su carrera y Castle tendrá que aceptar cualquiera de las respuestas que ella le brinde. Además, ambos volverán estar al borde del peligro con casos cada vez más complejos que los llevarán al límite.