En Japón la tasa de condenas es del 99.9% en los casos penales que llegan a juicio, por lo que es poco común que los acusados y acusadas sean encontrados inocentes, pero en el sistema de justicia y legal de este país surge un abogado peculiar con un pasado misterioso que se encarga de cambiar ese 0.1%. Este abogado toma los casos más imposibles, donde los acusados se encuentran rodeados de pruebas y no hay manera de que algún juez pueda dejarlos libre, pero gracias a la labor de este abogado salen siendo libres de todo cargo. Él no busca precisamente su inocencia sino la forma de desmontar todas esas pruebas y cuestionar cada una de ellas, pues de esta manera el jurado también puede ver otra perspectiva y con la duda que queda es que gana cada caso. Este abogado sigue sus propias reglas, es alguien complicado, imponente y respetado a pesar de que no busca ser un héroe, pues lo que a él le interesa es ganar no importando cómo. Su labor muchas veces trasciende la ética y moral, pero esta es su manera de hacer justicia ¿realmente está bien lo que hace? ¿Alguien puede ser completamente bueno? Este drama desafía varias de esas cuestiones respecto a cómo se rige y funciona la sociedad en términos de maldad y bondad.