En el pueblo de Ordoguz las personas desde que cumplen 5 años le es revelada su habilidad y las estrellas que poseen dentro de esta habilidad, pues tienen la creencia que entre más estrellas posean, son mejores, por lo que cada habitante desde una temprana edad ya tiene trazado su plan de vida gracias a esta revelación. Cuando a la pequeña Ivy le toca conocer su habilidad, se lleva una sorpresa al saber que es domadora, pero no posee ninguna estrella, así que comienza a ser segregada por los demás e incluso sus padres dejan de quererla y apoyarla, pues sienten bastante vergüenza de que sea su hija. A Ivy no le queda más remedio que irse de su pueblo natal, pues sabe que no le depara ningún buen futuro e intenta sobrevivir con lo que puede y con los restos que encuentra de entre la basura, la vida para ella parece bastante complicada, pero todo cambia cuando en uno de sus viajes por el bosque halla un pequeño slime llamado Sora. Ivy crea una conexión inmediata con Sora y logra domesticarla, así que ambas se vuelven bastante especiales en la vida de la otra, se ayudan mutuamente y optan por continuar con su aventura en la que Ivy se dará cuenta de lo valiosa que es a pesar de no poseer estrellas.