Durante el período colonial japonés, diversas familias coreanas se disponen a sobrevivir y reclamar lo que les pertenece. Debido a que la mayoría de los coreanos fueron despojados o enviados a Japón a manera de expulsarlos de sus tierras, los que aún prevalecen se dirigen a Gando, la cual se dice es una tierra sin ley. En este lugar existe la anarquía, pero los bandidos del sitio ahora se encargarán de proteger a su patria y a los suyos, pues estarán dispuestos en arriesgar sus vidas con tal de que los japoneses regresen a su país y dejen a los suyos vivir en paz.