La historia de Lola, una mujer que tras haberse convertido en madre es desplazada de la primera línea de la sociedad. Con el paso del tiempo, Lola se percata de que necesita construir nuevamente la identidad que ha perdido poco a poco mediante el amor que ha dado a su hijo, Lorenzo. En una etapa temprana de su maternidad y en una época donde existía el estigma de ser zurdo, observa a Lorenzo usar con libertad los colores con su mano izquierda. En un intento por entender a su hijo y recuperar los vacíos en su vida, Lola se relaciona con Maru, una madre de una clase social distinta que vive una situación semejante a la suya. Pronto, la relación entre ambas refleja el juego entre mujeres, las periferias de las ciudades y la capacidad de las redes de apoyo ante las carencias vividas por quienes han sido madres muy jóvenes.