Tras el final de la temporada pasada donde Edwin decide mudarse de casa de Paige para así poder descubrir su propio camino y no causarle más molestias a su hija, la familia Alexander no pareciera haber mejorado tras este suceso. Por un lado Paige pareciera haber tocado fondo, así que su reputación laboral está en riesgo, por lo que no sabe cómo proceder para así no causar más polémica y seguir dando terapias. Finn es un joven que está atravesando por diversos cambios, su abuelo se ha marchado y con esto la compañía de uno de sus más grandes confidentes, por lo que su ansiedad se ha incrementado. Por último, Edwin continúa rehaciendo su vida, pero a veces no sabe cómo tener una rutina normal y ordinaria sin ser juzgado o señalado. Lo cierto es que ya todos están llegando a su límite así que deberán acudir con un profesional quien los ayudará con sus prolemas y heridas familiares, sólo que sus técnicas son un poco radicales, pero prometen ser efectivas.