Mélissa Sainte-Rose y Gaëlle Crivelli son dos detectives completamente opuestas, pero deberán lograr entenderse ya que han sido asignadas para trabajar juntas. Mélissa es transferida de la ciudad para ahora unirse al escuadrón de la isla de Martinica, de la cual ella es originaria, sólo que nunca había vivido en este lugar por lo que le resulta muy nuevo. Por otro lado, Gaëlle es una mujer originaria de la ciudad, pero que lleva demasiados años viviendo en la isla, esta dinámica estará muy marcada entre las dos, pues se han acostumbrado a trabajar con herramientas y métodos diferentes. Ahora que son un equipo tendrán que actuar como tal para resolver los diferentes crímenes que ocurren, pues aunque Mélissa está dispuesta a hacer lo que sea por la investigación, ya que le gusta sacar ventaja del juego de seducción que conoce, Gaëlle es más directa y no le gusta seguir este tipo de rodeos, pero poco a pocos las dos irán acostumbrándose a la personalidad de la otra y se darán cuenta que hay demasiadas ventajas y beneficios de tener mentes opuestos, pues juntas serán más brillantes e invencibles.