Tras el doloroso descenso de la Liga Premiere, el Sunderland está listo para comenzar los entrenamientos para su participación en la campaña de segunda división. Después de un arranque esperanzador en la temporada, la falta de reemplazos y los problemas económicos comienzan a salir a la luz. Los fanáticos y jugadores comienzan a frustrarse mientras el equipo vuelve a la zona de descenso. Todo parece desmoronarse cuando los dueños del equipo se niegan a invertir en la institución, mientras que un jugador con bajo rendimiento cuenta con un contrato millonario. A pesar del panorama no es nada favorecedor, los hinchas juran lealtad eterna al equipo de su corazón.