En 1886, las teorías innovadoras del joven psicoanalista Sigmund Freud comienzan a generar un revuelo negativo en la comunidad médica de Viena. En búsqueda del reconocimiento y la fama, Sigmund se asocia con la famosa psíquica húngara Fleur Salomé y con Alfred Kiss, un detective de policía; quienes se encuentran resolviendo una serie de brutales asesinatos, que al parecer son consecuencia de una poderosa conspiración.