American Fiction con una personalidad avasalladora critica a toda la industria de entretenimiento y de paso a los que la consumen de forma maravillosa. Pareciendo ser una carta de protesta de la ideología actuar impuesta en los medios masivos sustentado por clichés igual de ofensivos a los que nos oponemos hoy en día; siendo hilarante una vez que la trama expone la contradicción generacional, en la que aplauden movimientos “transgresores” con un subtexto repleto de clichés envueltos por idiosincrasia, en los que se busca caricaturizar a un grupo marginado cómo si la realidad presentada por esta obra fuese la realidad absoluta de estas personas con matices identificativos para las grandes masas. Expuesto de forma magistral en la que Monk va a una librería solo para darse cuenta de que sus libros están en la zona de “Cultura Afroamericana” solo por su color de piel, ignorando el sustantivo del libro en cuestión y solo dejándose guiar por quién lo escribió, cómo si un grupo de personas por default tuvieran que escribir exclusivamente sobre su “realidad”. Y para mi por eso es fantástico el personaje de Sintara Golden; entiende lo obtuso del mercado y lo usa para lucrar sobre él. Ella es una persona negra, pero gracias al misma limitante que la sociedad indirectamente impone sobre el que debería escribir una persona de dichas características lo usa para darle al público lo que quiere, aunque ella estuviera lejos de vivir la difícil realidad de personas de su rasgo.
El montaje de Hilda Rsaula es maravilloso, el cómo cambia el tono entre las dos historias de Monk, pasando de la crítica generacional a la hora de vender su libro a un melodrama familiar estructurado de forma magistral es enserio loable, ninguna de las dos a pesar de tener tonos completamente diferentes opaca la una a la otra, haciendo que empaticemos con cada una de ellas, y sobre todo con los personajes principales. Y por eso me parece que el personaje de Monk es fascinante, en el exterior es una persona condescendiente, algo cerrada políticamente y socialmente burdo. Y eso se mantiene en toda la narrativa, el arco narrativo de este personaje va más que ello, creando un paralelismo con su padre y el cómo todas estas acciones lo alejaron de todos hasta sus últimos días. Dónde a pesar de no tener un final convencional y hasta hacer mofa de ello en la película, las diferentes perspectivas que el protagonista adquirió en el camino fue realmente lo que hizo que su arco evolutivo fuese grandioso.
El tercer acto de la cinta me pareció fantástico, una vez que la trama vuelve más evidente la contradicción de la misma historia, la misma llega un clímax fabuloso, en el que abraza todos estos clichés para crear una ambigüedad narrativa en la que regala una segunda lectura sobre si esta historia es genuina o manipuladora intencionalmente y con un cierre tan arquetípico que es hermoso; burlándose una vez más del tropo narrativo por excelencia de Hollywood.
American Fiction para mi es la razón por la que amo ver películas, es narrativamente diferente, es retadora, ambigua a la hora de llegar a una resolución y con una trama central hermosa con personaje que a pesar de tener conductas cuestionables logran ser empáticos. Una historia que reinvierte el género de protesta en la que de forma subtextual cuenta una historia con afroamericanos pero que podría este guion ser para cualquier etnia. De forma alegórica representaron la visión de Monk.