Los días 10 y 11 de agosto de 1996, doscientos cincuenta mil jóvenes fanáticos de la música se reunieron en Knebworth Park para ver a Oasis tocar en dos programas que marcaron la era. Los conciertos emblemáticos se agotaron en menos de un día y más del 2% de la población del Reino Unido intentó comprar entradas. Este fue un momento en el que el Reino Unido se estaba recuperando lentamente de una década de recesión. Una creciente confianza en las artes y la cultura marcó el comienzo del ascenso meteórico de Cool Britannia y Oasis reflejó la nueva convicción y arrogancia del país. Oasis Knebworth 1996 muestra cómo durante un fin de semana, con una lista de canciones repleta de principio a fin con clásicos fríos como la piedra, como Champagne Supernova, Wonderwall y Don't Look Back In Anger, los conciertos de Knebworth fueron tanto el pináculo del éxito de la banda como la reunión histórica de una generación.
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