Fausto se desarrolla en una playa de la costa oaxaqueña de México, donde se albergan varios misterios y leyendas provenientes de la época precolombina. La principal relata la historia de una bella joven indígena que fue tomada prisionera y estuvo cautiva por varios años en un barco pirata, hasta que, en un descuido, pudo escapar. Rodeada de mar, se lanzó al agua y jamás fue encontrada. Esa misma playa, alejada del glamour turístico de la zona, se dice, está habitada por Fausto y Mefistófeles, quienes han entrado libres a la Tierra luego de que el diablo introdujera el concepto de dinero en el mundo y, con él, la idea de riquezas, avaricias y maldad. Historias pobladas de ladrones e incautos, cercanos al mundo esotérico, son el escenario para Mefistófeles reciba una orden de Fausto: destruir ese paraje natural, la belleza brindada por la naturaleza y levantar una urbe inmobiliaria que podría recibir miles de turistas y le daría grandes riquezas.
Interpretación onírica del clásico
por Carlos Gómez Iniesta
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