Jamie Lee Curtis ha compartido sus peores miedos. No es Michael Myers (James Jude Courtney) ni el malnacido de Corey (Rohan Campbell), sí lo son los dictadores, la homofobia y toda cosa que atente contra el mal. La estrella de Halloween Ends también ha sido contagiada por el mal, por si les quedaba duda en esta película de David Gordon Green, donde lo propone, a final de cuentas, la maldad sí se puede contagiar de una persona a otra.
En 2019, la también estrella de Todo en todas partes al mismo tiempo reconoció en una entrevista que se hizo adicta a la vicodina durante una década luego de realizarse un procedimiento estético que no salió satisfactorio. En 1999, una experiencia la hizo reconocer que sus problemas la llevarían a tener los días contados. O sea, Laurie Strode habría sucumbido a drogas y no por el cuchillo del enmascarado de John Carpenter.
La vicodina es un opioide que se obtiene de la codeína. Sus principales funciones médicas son de un poderoso analgésico vía oral. Puede ser comparado con la morfina; el problema es que llega a ser un narcótico que genera dependencia si no es recetado y controlado por un especialista. En la misma conversación, la protagonista de títulos como Un viernes de locos y Entre navajas y secretos, reveló que en diciembre de 1998, tuvo un momento revelador, justo cuando se encontraba preparando la cena navideña.
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"Yo estaba en mi cocina con un bolsillo lleno de pastillas. Tenía un vaso de vino en el mostrador algo así como la hora del cóctel y me tomé cinco cápsulas con un sorbo de vino, y detrás de mí escuché, 'sabes Jamie, te veo, te veo con tus pequeñas píldoras y crees que eres tan fabulosa y tan grande, pero la verdad es que eres una mujer que está muerta'. Esa fue la primera gran sorpresa al darme cuenta de que alguien vio que no era un secreto", mencionó la actriz, quien estaba acompañada por una curandera.
Hasta que encontró un artículo en la revista Esquire, donde el escritor, Tom Chiarello, confesaba su adicción a la misma sustancia. Esto llevó a la intérprete a reconocerse en aquella historia, decidiendo buscar ayuda profesional en un centro de recuperación, aunque esto la confrontara con el hecho de ser una reconocida actriz de Hollywood y su lucha contra el qué dirán. Los prejuicios de la sociedad. En esos años, hizo Virus, la película más mala de su carrera.
Me aterrorizaba ser una figura pública y entrar en centros de recuperación", señaló.
La adicción la mantuvo en secreto durante 10 años. "La parte hermosa es ser capaz de reconocer tu propia enfermedad; llamarse a sí mismo un alcohólico o un drogadicto es una insignia de honor porque el secreto, el secreto vergonzoso es la razón de una enfermedad tan omnipresente en nuestra industria, en cada estrato socioeconómico y en todos los países del mundo", agregó.
Aquella vez mencionó: "Estoy en recuperación, no estoy bien recuperada, pero estoy trabajando en ello", concluyó Jamie Lee. La actriz ya tuvo suficiente de Michael Myers y se despidió de por vida tras la trilogía de Halloween, Halloween Kills y Halloween: La noche final, la cual aún puedes ver en complejos de Cinemex y Cinépolis.
