El último suspiro de Viserys I (Paddy Considine) causó confusión en su esposa Alicent Hightower (Olivia Cooke), la líder de los verdes decidida a tirar el golpe de estado contra Rhaenyra (Emma D’Arcy), la legítima heredera al trono de Hierro. Pensando en hacer cumplir la voluntad de su marido, la hija de Ser Otto Hightower (Rhys Ifans) llegará a las últimas consecuencias para imponer a Aegon II (Tom Glynn-Carney) como soberano de la Fortaleza roja, Desembarco del rey y todo Westeros.
Sin embargo, como pudieron notar en el episodio pasado donde no explicaron la boda con su hermana Halaena (Phia Saban), Aegon El mayor, como a partir de ahora debemos conocerlo debido a la existencia de Aegon el menor, hijo de Rhaenyra y Daemon (Matt Smith), es un alcohólico y gustador de recibir placer en los burdeles de la calle seda, donde Rhaenyra empezó su camino rumbo a la pérdida de su virginidad junto a su examigo y amante Ser Criston Cole (Fabien Frankel).
La novela "Fuego y sangre", de George R.R. Martin, el documento en el que Ryan Condal y Miguel Sapochnik están adaptando en esta primera temporada de 10 episodios, cuyo gran final ocurrirá el próximo domingo, explica que Alicent y su padre decidieron armar su propio consejo verde rumbo a la captura de Rhaenyra y coronación de Aegon II como legítimo heredero del Trono de Hierro. Siendo el amo de la moneda de Viserys I, Lord Beesbury, la primera víctima del inicio de la guerra civil Targaryen.
Ahora, son tres versiones las que Martin retoma para contar el inicio de las hostilidades: Champiñón, el septón Eustace y el gan maestre Munkun, quienes dicen que una vez establecido el “consejo verde”, Alicent envió a Ser Criston en busca de Aegon para avisar de su coronación. Sin embargo, éste no lo encontró por ningún lado, ni en los aposentos que supondría compartir con su esposa y hermana Halaena. “Son libre de buscarlos bajo las mantas”, les dio una pista. Y fueron a los prostíbulos.
Champiñon y Munkun coinciden que lo encontraron desnudo en un burdel de Lecho de pulgas, donde Martin explica que “dos niños del arroyo con los dientes afilados se mordían y despedazaban mutuamente para su disfrute, mientras una niña de 12 años le daba placer con la boca”. Martin, por supuesto, excedió por mucho la barbaridad de los tiempos medievales con estas imágenes poco agradables pero que detallan fielmente la naturaleza bárbara de los miembros de la Casa del Dragón.