Hacer una primera obra maestra como Terciopelo azul es un logro elevado. Hacer una segunda obra maestra como Mulholland Drive es toda una proeza. Y luego están esos cineastas poco comunes, como David Lynch, que tienen el tiempo suficiente para seguir confeccionando notables películas a lo largo de muchas décadas sin perder un gramo de creatividad e inspiración.
¿Hay directores que han hecho clásicos en cinco décadas o más? Sí. Este tipo de longevidad creativa es un fenómeno poco común. Lo más probable y habitual es que existan altibajos (como Dunas del propio Lynch). Pero hay una serie de directores célebres que han superado el enorme desafío de hacer muy buen cine durante cinco décadas o más.
Charles Chaplin
Roy Export Co. Ltd.
Charles Chaplin no sólo se distingue por ser, junto a Buster Keaton y Harold Lloyd, uno de los más importantes exponentes de la comedia física y silente, sino que su trayectoria corrió de forma paralela una serie de evoluciones tecnológicas que vivió el cine, por ejemplo, la llegada del sonido y cómo se resistió a implementarlo.
Cualquiera de sus películas de la década de 1910 lo marcó como un maestro en su oficio, pero fue en la década de los 20 cuando consolidó a su icónico vagabundo Charlot en películas como La quimera del oro. Negándose a hablar frente a la cámara, Chaplin produjo Tiempos modernos (1936), pero después utilizó su voz de manera lúcida en El gran dictador (1940) y Candilejas (1952).
Alfred Hitchcock
Taschen
En su temprana obra El inquilino (1927), Alfred Hitchcock estableció algunos de los códigos y obsesiones que nutrieron gran parte de su filmografía. Aunque se trataba de una película muda, había mucha claridad en los temas con los que quería infligir dolor a la audiencia: crímenes, obsesiones sexuales, dudas, misterio y suspenso.
Con el thriller de espionaje El hombre que sabía demasiado (1934), los fantasmas del pasado en Rebeca (1940), las obsesiones y el voyeurismo de Vértigo (1958), la sordidez de Psicosis (1962), la sorpresa en Los pájaros (1962) y la violencia en Frenesí (1972), Hitchcock se ganó el título de “maestro del suspenso”.
Stanley Kubrick
Warner Bros. Entertainment Inc.
Conocido por su meticulosa y exigente naturaleza, la última película de Stanley Kubrick, Ojos bien cerrados (1999), con Tom Cruise y Nicole Kidman, tuvo una producción especialmente prolongada. El rodaje de 15 meses es conocido por ser uno de los más largos y agotadores en la historia del cine y llegó al final de un viaje que Kubrick había planeado desde 1960.
Pero en todos esos años, Kubrick no se quedó quieto. Elaboró una discurso crítico contra la guerra en Senderos de gloria (1957); confeccionó la película de ciencia ficción más influyente en la historia, 2001: Odisea en el espacio (1968); dirigió una película de época magistral como Barry Lyndon (1975); y finalmente creó una obra de horror canónico que no necesita mucha presentación, El resplandor (1980).
Martin Scorsese
Columbia Pictures
Desde el existencialismo violento de Taxi Driver (1976) hasta la corrupción como elemento fundamental de convivencia en El irlandés (2019), durante medio siglo Martin Scorsese ha emocionado, sorprendido, provocado y desafiado al público al presentar a hombres alienados y solitarios, así como personajes sedientos de las trampas del éxito estadounidense.
Y en ese largo trayecto está la bravura de Toro salvaje (1980) que combina el blanco y negro con una atención en los detalles de la vida urbana italoamericana. También nos encontramos con la saga de gángsters en GoodFellas (1990), su amor por la historia de Hollywood en El aviador (2004) y, finalmente, el hilarante mundo de las acciones financieras en El lobo de Wall Street (2013).
Steven Spielberg
Aaron Rapoport
A pesar de sus detractores, el nombre de Steven Spielberg tiene un lugar asegurado en los libros de la historia del cine y en las estadísticas de Hollywood porque fue el director que inauguró la noción del ‘blockbuster’; su película Tiburón (1975) fue el primer éxito de taquilla moderno y la primera obra maestra de uno de los directores más influyentes en la industria.
Los cazadores del Arca Perdida (1981) demostró ser otro éxito comercial, pero E.T. El extraterrestre (1982) se volvió estratosférico. La siguiente década vio La lista de Schindler y Jurassic Park. Después del 11 de septiembre, la obra de Spielberg adquirió un tono más sombrío y reflexivo con A.I. Inteligencia Artificial (2001), Munich (2005) y Puente de espías (2015).
