La intensa fascinación de los espectadores con los asesinos en serie y sus historias continúa y eso se traduce en una lista cada vez mayor de series o películas basadas en estos criminales. Ya sea un documental sobre un asesino de la vida real, una ficción inspirada en uno de ellos, o un cuento completamente nuevo y original, los espectadores consumen el contenido con fervor, sentados en los bordes de sus asientos. Las series sobre las vidas y fechorías de los asesinos despiertan interés, curiosidad y morbo en las audiencias, por lo que no sorprende que siempre haya nuevos títulos, como la reciente Monster: The Jeffrey Dahmer Story, protagonizada por Evan Peters.
En el contexto nacional abundan este tipo de criminales, aquí recuperamos cinco de ellos cuyas historias podrían ser adaptadas en el formato de la bioserie.
Gregorio Cárdenas “El estrangulador de Tacuba”
Después de tener relaciones sexuales con sus víctimas (una compañera de la carrera de Química y las otras tres, prostitutas), Goyo las asfixió y trató de esconder sus cuerpos en su casa de Mar del Norte número 20. En 1942, cuando su madre lo internó en un hospital psiquiátrico, el hombre confesó sus crímenes. Este asesino inspiró películas como El profeta Mimí (protagonizada por Ignacio López Tarso) y Los crímenes de Mar del Norte (con una profunda e increíble interpretación de Gabino Rodríguez en el papel protagónico), así como la obra teatral El criminal de Tacuba de Víctor Hugo Rascón Banda. En Somos lo que hoy evidenció su habilidad para el terror, mientras que en 7:19 trabajó de manera eficiente con la reconstrucción histórica, así que Jorge Michel Grau sería una buena apuesta.
Juana Barraza Samperio “La Mataviejitas”
Cuando subía al cuadrilátero para practicar la lucha libre, Juana Barraza Samperio se vestía con un atuendo rosa y un antifaz en forma de mariposa para abrirle paso a su alter ego, “La dama del silencio”. Sigilosamente también se disfrazaba de enfermera del gobierno para acercarse a sus víctimas (todas ellas mujeres de la tercera edad) y estrangularlas con el apoyo de un estetoscopio. La capacidad de Arturo Ripstein para aproximarse a temas ásperos con anécdotas asociadas a la lucha libre y fatídicos crímenes (como en La calle de la amargura) y su sensibilidad para retratar las complejidades de la tercera edad (El diablo entre las piernas) lo convierten en el director ideal para llevar a la ficción esta historia.
Raúl Osiel Marroquín “El sádico”
Marroquin, un exsargento del Ejército mexicano, fue responsable de, por lo menos, seis secuestros y cuatro asesinatos. Conocido como “El sádico”, era un asesino organizado, motivado por el odio y la discriminación. Atraía a hombres homosexuales de los bares con la ayuda de su amigo, Juan Enrique Madrid Manuel; en casa, Marroquín torturaba y estrangulaba a sus víctimas hasta dejarlas inconscientes para luego arrojar los cadáveres en las carreteras. Rigoberto Perezcano, con este material, podría trabajar con la fórmula empleada en Carmín tropical, un thriller noir en el que se enlazan temas como el travestismo, la intolerancia sexual y una investigación criminal.
Juan Hernández Béjar y Patricia Martínez “Los monstruos de Ecatepec”
Béjar y Martínez conformaron una pareja de asesinos en serie que le quitó la vida a 20 personas y, según los informes policiacos de su detención, alimentaron a sus perros con los corazones de sus víctimas. “Los monstruos de Ecatepec” fueron arrestados en octubre de 2018 cuando los descubrieron empujando una carreola llena de restos humanos en las calles del municipio mexiquense. Después de un registro en sus casas, la policía encontró los restos de varios cuerpos femeninos. Desde su experiencia en la ficción con tonos realistas y tomando en cuenta el tratamiento que le dio al horror corporal en La región salvaje, seguramente Amat Escalante podría crear una feroz pesadilla.
Andrés Filomeno Mendoza “El caníbal de Atizapán”
En mayo de 2021, cuando Filomeno Mendoza fue detenido en el municipio mexiquense de Atizapán, se inspeccionó un sucio y destartalado cuarto subterráneo en el que se encontraron restos óseos pertenecientes a, por lo menos, 17 mujeres y 2 hombres. Durante sus primeras declaraciones, el asesino confesó que había comido carne de sus víctimas; inmediatamente la opinión pública y los medios de comunicación comenzaron a referirse a Mendoza como “el caníbal de Atizapán”. Si bien es cierto que ya se produjo “Caníbal, indignación total”, una serie documental basada en extensos reportajes de investigación y entrevistas, en el terreno de la ficción no sería mala idea imaginar un proyecto dirigido con el ímpetu y la rebeldía de un talento joven como Emiliano Rocha Minter, quien creó una pesadilla postapocalíptica, precisamente utilizando un sótano para darle forma al inframundo en la perturbadora y grotesca Tenemos la carne.