Milly Alcock es la gran revelación de House of the Dragon. Ha sido tanta su popularidad que la conversación sigue siendo ella como Rhaenyra y no Emma D'Arcy, quien está a nada de tomar el personaje. La transición se hará el primer minuto del próximo domingo, cuando HBO y HBO Max emitan la sexta parte de la primera temporada, incluída la de Olivia Cooke por Emily Carey en el personaje de Alicent Hightower.
En sus últimas entrevistas para despedirse del programa basado en la novela de George R.R. Martin, la australiana ha hecho confesiones bastante interesantes; por ejemplo ella y Emily sintieron la necesidad de besarse durante el episodio cuatro y el temor por el porvenir. Desconoce si obtendrá trabajo rápidamente. Vaya modestia pues muchos, hasta Matt Smith y Fabien Frankel, saben que lo logrará, en especial después de lo viral que se volvió su nombre.
Sin embargo, esta es la parte que Milly no extrañará nada una vez que las sucesoras absorban (o no) las charlas de todas las semanas postepisodio. Pero no olvidemos que Carey dejó saber que podrían volver para la temporada dos, recreando los flashbacks del salto en el tiempo que darán en el capítulo seis: 10 años transcurrirán para efectos de su adaptación a la televisión, pues en el libro apenas pasan del 114 d.C. al 115.
Ver mi cara me pone constantemente tensa. Nadie debería tener que pasar por esto. Me pone increíblemente ansiosa, no sé cómo las celebridades pueden someterse a eso y navegar tranquilamente con la fama".
Le dijo a Nylon. El contexto es que todos sus amigos están viviendo vidas normales excepto ella. Extraña su privacidad, el no ser la mujer más buscada en internet. "Todos ellos van a la universidad. Hacen cosas básicas. Mi familia no tiene nada que ver con el arte y es extraño. No estaba acostumbrada. Siento que abrí una caja de Pandora y me siento en Alicia en el país de las maravillas. Es raro", complementó la actriz de 23 años.
