Sanctorum, la nueva película del realizador mexicano Joshua Gil, llega a las salas cinematográficas de Cinemex y Cinépolis. Entre el drama social, el horror sutil y la alusión a la fantasía, la película se desarrolla en una pequeña comunidad de Oaxaca, donde la gente vive entre el diablo y la naturaleza. Atormentados por la violencia de los cárteles de droga e injustamente perseguidos por el gobierno, los habitantes crean vínculos de apoyo para poder sobrevivir, pero sobre todo luchan por preservar sus creencias míticas en torno a la naturaleza, que en este contexto parece ser la única aliada.
A continuación te compartimos cinco razones para no perderte de este estreno mexicano a partir de este jueves 22 de septiembre:
El horror de lo real en el México actual
Desde Heli de Amat Escalante hasta Sin señas particulares de Fernanda Valadez, el México deteriorado por la violencia ha servido como escenario de varias películas, y en cada secuencia de Sanctorum se respira esa atmósfera. No obstante, el retrato de la narcoviolencia que hace Gil no se basa en una vívida representación de la brutalidad, sino se enfoca más bien en mostrar sus dolorosas consecuencias. Cada familia lamenta el constante sonido de las campanas que, en medio de la naturaleza, anuncia la muerte.
La presencia de lo místico y lo sobrenatural
Aunque sólo coquetea con el género del horror, Sanctorum alude a historias de fantasmas de manera incluso todavía más sutil que en La Llorona del guatemalteco Jayro Bustamante. Uno de los personajes, el profesor de la escuela rural, habla con su difunta esposa que se vislumbra en momentos de paz frente a una modesta chimenea o durante la cena. Sin embargo, esto está lejos de inquietar; por el contrario, el fantasma aparece de la manera más pacífica.
Criaturas fantásticas y mitológicas
Aunque no se sumerge completamente en el terreno de lo fantástico como Guillermo del Toro en El laberinto del fauno, Gil hace referencia al género. Sanctorum están dotado de una carga mística con varias criaturas míticas que funcionan como guardianes del bosque, pero también representan las amenazas de un contexto peligroso y violento.
Referencia al Apocalipsis y al fin del mundo
Sanctorum reinterpreta la manifestación y las implicaciones del Apocalipsis, que toma la forma de un cielo que desata su ira. En varias secuencias los humanos parecen insignificantes frente a inmensos valles, las nubes que corroen montañas monumentales y los bosques densamente poblados. El director muestra a los humanos como seres frágiles en comparación con las poderosas fuerzas de la naturaleza; atmósferas que recuerdan Apocalipsis ahora de Francis Ford Coppola.
El retrato de lo cósmico como salvación
La historia de una madre desaparecida -como ocurre con muchas mujeres en un contexto violento que también retrata Tatiana Huezo en su Noche de fuego- y de un hijo que va al bosque a buscarla, pero sólo para contarnos sus miedos, que también son los nuestros, y también son universales, es la forma de aludir metafóricamente a ese cielo estrellado pulsante, a ese movimiento cósmico infinito que aparecen en Sanctorum y que funcionan como símbolo de una búsqueda de salvación.