Creada por Justin Haythe, basada en la biografía escrita por Leonie Frieda, y protagonizada por Samantha Morton, la serie The Serpent Queen (lanzada el 11 de septiembre en la plataforma STARZPLAY) se centra en la figura de la Reina de Francia del siglo XVI que ha pasado a la historia por sus intrigas manipuladoras en los tribunales y su predilección por la persecución religiosa. La serie sigue a la mujer desde sus primeros días como adolescente vendida en matrimonio a un príncipe francés hasta su ascenso al poder dentro de la corte francesa. Morton interpreta a Catalina, tanto narrando sus años de adolescencia como retratando a la monarca en su edad adulta.
Catalina de Médici, una figura central en una de las guerras religiosas más mortíferas de la historia europea, fue acusada de organizar una masacre sangrienta contra los hugonotes (franceses protestantes), envenenar a sus rivales e incluso conformar el llamado “escuadrón volador” (un grupo de atractivas mujeres jóvenes que Catalina supuestamente empleó para seducir a los nobles y descubrir sus secretos). Su nombre es sinónimo de muerte y desastre. Sin embargo, los historiadores han comenzado a cuestionar los rumores que la rodean, explorando la verdad detrás de la mujer que alguna vez fue conocida como la ‘Reina Negra’ o ‘Reina Serpiente’.
Una de las acusaciones que ha persistido en oscurecer el nombre de Catalina es la de practicar magia negra y su constante creencia en presagios, signos, portentos y premoniciones. En un panfleto de 1575 publicado de forma anónima y ampliamente leído, el acceso de Catalina a la regencia de Francia se atribuye a su práctica de la brujería. Este folleto, titulado Discurso maravilloso de la vida, acción y excesos de Catalina de Médici afirmaba que “a través del movimiento de su varita y de pócimas hechizantes, nos había convertido en bestias salvajes y arrancado nuestra humanidad”. No hay evidencia que sugiera que Catalina practicara magia, aunque es probable que las acusaciones surgieran de su relación con el famoso médico y vidente Nostradamus. Ella lo había convocado a la corte después de leer sus almanaques de 1555, en los que hacía referencia a posibles amenazas para la familia real.
Recurrió a otros astrólogos; el más famoso fue Cosimo Ruggieri, que también era un practicante de la magia negra. En su libro, Leonie Frieda habla de algunas de las prácticas utilizadas por Catalina y Ruggieri (interpretado en la serie por Enzo Cilenti) para deshacerse de sus enemigos mediante el uso de muñecos y modelos para torturar y matar a distancia. Después de una batalla en particular, tres de los mejores hugonotes se encontraron exactamente en la misma posición que los muñecos utilizados por Ruggieri.
En su época también se señaló que tenía paredes llenas de cientos de gabinetes secretos donde se decía que guardaba una variedad de venenos. Con mucho, la hechicería más atroz atribuida a Catalina y Ruggieri fue el Oráculo de la Cabeza Sangrante. La mística rusa del siglo XIX, Helena Blavatsky, en su libro Isis sin velo, cita el texto Demonomanía o Tratado de hechiceros del filósofo Jean Bodin (contemporáneo de la reina que afirmó que ella inventó la Misa Negra), para describir la preparación del oráculo. Se eligió un niño varón, sin imperfecciones, y se le dio su primera comunión. La misa negra se practicaba frente a la cruz invertida, en los aposentos de Carlos IX, hijo enfermizo de Catalina. En el altar, después de tomar la hostia blanca, se separaba la cabeza del cuerpo de un solo golpe y se colocaba sobre la gran oblea negra que cubría el fondo de la patena.
Era fácil lanzar todo tipo de acusaciones a una mujer extranjera de una familia notoria, sola en una corte de hombres poderosos. Sin embargo, tal vez Catalina pueda ser mejor recordada como una política inteligente y despiadada que buscaba salvaguardar el país de sus hijos. Una cosa es segura: era una mujer compleja y tan polarizante hoy como lo era hace quinientos años.