La Huérfana: El origen finalmente llegó a cines de nuestro país para demostrar que Esther (Isabelle Fuhrman) es uno de los personajes más terroríficos del género sin la necesidad de ser un ser demoníaco o contar con poderes paranormales. Sin embargo, existe una anécdota del director William Brent Bell (El niño) que menciona cómo el rodaje fue realmente complicado y retador, incluso la vida de los protagonistas fue un tema delicado.
Todo esto se debe a que la precuela de La Huérfana se filmó durante uno de los picos más intensos de contagios y muertes por covid-19, motivo por el que no existían medidas suficientes para asegurar el bienestar de las personas. "Lo más difícil fue la falta de conexión personal. Rodamos la película muy pronto, así que no había vacunas", dijo el director durante una entrevista reciente.
Yo llevaba dos cubrebocas y lentes. Los actores eran los únicos que no llevaban cubrebocas.
Considerando que ni siquiera existían las vacunas, la producción entera debía ser en extremo cautelosa con los actores, pues podrían haberse contagiado y enfrentar un destino incierto. Además el hecho de tener tantos cubrebocas encima, dificultaba la comunicación entre Bell y el resto del elenco como Julia Stiles y Rossif Sutherland.
"Al tratar de dirigir a un actor y hablar con él con lentes y cubrebocas, no se les puede transmitir mucho porque no podrían ver mis expresiones faciales. Así que fue difícil, pero nos acostumbramos. Y no fue hasta que terminamos la película que me quité los cubrebocas delante del equipo y fue la primera vez que alguien me vio la cara".
Así que fue raro y desafiante, pero tuvimos que ser muy cuidadosos.
La Huérfana: El origen muestra cómo fue que Esther llegó a Estados Unidos luego de escapar de un centro psiquiátrico en Estonia, lo que da paso a la historia que ya conocemos. Sin embargo, es en este inter donde la protagonista se vuelve aún más espeluznante y despiadada. Si aún no has visto la película, aquí podrás obtener tus boletos con unos cuantos clicks.