La temporada 4 de Cobra Kai fue lo bastante convincente para tenernos amarrados a la quinta, que por fin se estrenará en Netflix este viernes, porque el senséi Terry Silver (Thomas Ian Griffith) se robó la mayoría de los episodios al erigirse como un villano de lo peor, por encima de John Kreese (Martin Kove) a quien envió a la cárcel después de un truco sucio orquestado entre él y el poco inteligente de Mantarraya (Paul Walter Hauser).
Miguel Díaz (Xolo Maridueña) se fue a México a buscar a su padre, Héctor Salazar; Johnny Lawrence (Will Zabka) fue tras él acompañado de Robbie (Tanner Buchanan). En All-Valley, Daniel San (Ralph Macchio) tiene ha llamado a Chozen (Yuji Okumoto) para ayudarle a derrocar a su antiguo senséi ahora que busca expandir la filosofía "strike first" por todo el condado. Quedaron muchos cabos sueltos. ¿Saben una cosa? Bien o mal, la quinta parte las responde todas.
No te vamos a spoilear así que es seguro seguir por aquí. Los nuevos episodios de Cobra Kai vuelven a tener como máximo referente a Ian Griffith. Su posición como antagonista agrada hasta el punto de desear mucha más crueldad en los momentos donde decide hacerle la vida imposible a Daniel San. Silver reconfirma que su presencia era vital para la continuación de esta serie centrada en los personajes creados por Robert Mark Kamen.
Dicho esto, la temporada cinco funge como una secuela más concreta tras los acontecimientos de Karate Kid III, pues el despiadado senséi retoma el camino del dolor para hacerle pagar a todo aquel que se le pone delante, en especial al representante de Miyagi-Do. Lo lleva al límite. Hasta eso hace bien Ian Griffith: llevar al borde del colapso a nuestro gran héroe y heredero del karate del señor Miyagi (Pat Morita). Como sabemos que éste goza de menos simpatía que Lawrence se alegrarán de saber que hay bastante sufrimiento a lo largo de esta secuela.
El bravucón de Mike Barnes (Sean Kanan) sí está de regreso, también otro personaje de la misma película de 1989, Jessica Andrews (Robyn Lively), la vieja amiga de Daniel San; la nueva senséi de Cobra Kai, Kim-Da eun (Alicia Hannah) complementa la rebeldía inmisericorde requerida por Silver para su expansión por All-Valley. Les podemos aseguras que cada capítulo tiene tanto partes emocionantes como absurdas, fiel a su estilo desde su debut en YouTube.
Lo decepcionante es ver una vez más poco relegado a Johnny. El enfretamiento entre Silver y LaRusso se convierte en el eje de la temporada dejando al resto como apoyo, sin embargo, su renacer como karateca cubre esa ausencia. Es posible que, como nosotros, sientan ese vacío bastante duro, en especial porque los guionistas intentaron entras más a la vida privada del personaje que a su faceta rebelde.
Otro error es la representación de México en la serie. Cobra Kai tuvo su filmación de estas escenas en Puerto Rico, algo verdaderamente incoherente teniéndonos de vecinos. Escogieron a un actor reconocido en México para ser el padre ecuatoriano de Miguel, Luis Roberto Guzmán, a quien recordarán por ser El pantera (de Gustavo Loza) en la famosa serie de acción de Televisa. El borícua cumple con su papel, no sí el resto del contexto donde su historia se desarrolla.
¿Alguien le habrá dicho a los guionistas que las pupusas son comida típica de El Salvador y Honduras no tanto de este país? Los pósters que usaron para representar la publicidad mexicana es vieja, obsoleta, inexistente; los mercados llenos de clichés con puestos de elotes y la dramática escena, al estilo Supercampeones, donde el medio hermano de Miguel casi es atropellado por un auto; los dulces que compra Johnny ni existen, hay un cajero con la leyenda ATM y Johnny trata de justificar el perrito con un sombrero diciendo que es nuestra culpa por vender esos presentes estereotipados.
Pero lo peor de todo: ¡la competencia de chiles! ¿Neta creen que tenemos ese tipo de torneos de forma habitual? Lo único creíble, y al mismo tiempo triste, es presentar a una panda de criminales mal hablados, malandros; y extranjeros que, estando en México, aprenden a tranzar y carterear. De eso no nos podemos salvar, del resto, pésimo guion. En fin. Cobra Kai nunca ha sido perfecto y no por eso deja de ser adictiva. La temporada, la acabarás en una sentada una vez que superes el drama de Miguel y su padre.
