"Dracarys", ordenó Rhaenyra (Milly Alcock) para reducir a cenizas los cadáveres de su difunta madre Rhaenys (Eve Best) y su hermano herededo por un día. Esa conexión que vimos entre ella y su dragón Syrax durante el episodio uno de House of the Dragon, la tuvo Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) con sus tres hijos en Game of Thrones. También la vimos con Daemon (Matt Smith) y Caraxes, su único amigo después de ser exiliado por el rey Viserys I (Paddy Considine).
Esta precuela de la serie original, también a cargo de Ryan Condal, Miguel Sapochnik y el propio autor George R.R. Martin como productor ejecutivo, nos permitirá tener en pantalla a toda clase de dragones emprendiendo vuelo, soplando el mismísimo infierno y demostrando la conexión con su jinete. Por algo los dioses consideran que los Targaryen están más cerca de ellos: por ser capaces de manejar el vuelo y entablar relación con las bestias.
Cuando Smith y Fabien Frankel (Ser Criston Cole) visitaron la CDMX para promover el estreno de La casa del dragón, obviamente le preguntamos a Daemon ¿cómo entrenó a su dragón? Él río. Entendió que estábamos refiriéndonos a la película de Dreamworks. Y contestó: "Creo que es muy rudo con su dragón. Pero, al mismo tiempo, Caraxes es un poco obtuso: está de mal humor y tiene malos modos. Hey, no lo juzguen, y también Daemon es así. Por eso tiene una relación simbiótica", le dijo a SensaCine, el actor británico.
Después, durante la misma entrevista, compartió cómo fueron las filmaciones para poder montar a la bestia Caraxes. Y no fuimos tan ingénuos como lo fue aquel famoso reportero que le preguntó a Alfonso Cuarón ¿qué se sintió filmar su película Gravedad en el espacio? Sabemos que hubo mucho CGI, grúas, cualquier tipo de construcción para recrear a este poderoso escupefuego. Pero valía la pena conocer cómo fue esa experiencia.
"Te suben a una grúa de seis metros de alto sobre el piso. Es un animatrónico (como los dinos de Jurassic World) y empiezan a arrojarte un montó de viento y lluvia. El asiento es bastante amplio", relató, después fue interrumpido por Frankel quien le preguntó si no se lastimaba las piernas y el trasero, "Bueno, sí, pero así es como debe de ser. Es la naturaleza de la bestia", le contestó. Así que, suponemos, el antagonista de Morbius terminó poquitín rosado. Saben a lo que nos referimos.