Después del nuevo fracaso de Resident Evil en el cine con su remake Bienvenidos a Raccoon City, protagonizado por Kaya Scodelario, Netflix intentará redimir la famosa franquicia de videojuegos survival horror con la serie ya disponible en esta plataforma, cuyo atractivo para los mexicanos es la presencia de Paola Núñez, encargada de dar vida a Evelyn, la hija del virólogo James Marcus y uno de los principales creadores del T-Virus.
¿Vale la pena? Ya te contamos. La serie no está basada específicamente en alguno de los títulos hasta ahora desarrollados para PlayStation y Xbox. Y está editada en formato flashback y tiempo presente. Nos ubica en el año 2036, 14 años después de que el apocalípsis zombie comenzó en Raccoon City. Conocemos a una sobreviviente, Jade Wesker (Ella Balinska), una mujer que huye de una horda de zombies y un gusano gigante antes de ser rescatada por un grupo de resistencia con base en Brighton.
El apellido les será familiar, sí, porque Jade es una de las dos hijas del psicópata de Albert Wesker (Lance Reddick), el gran villano de la franquicia virtual. Si desconocen la historia, Albert es uno de los investigadores que desarrolla el arma biológica de esta saga, junto con William Birkin, y sobreviviente a las pruebas a costa de inyectarse el resto de su vida. La serie muestra perfectamente esta parte. ¿Cuál es la diferencia? No tiene hijas, sino un varón, Jake Muller, protagonista del juego Resident Evil 6.
La existencia de Albert y sus hijas es explicada durante los primeros minutos, al igual que la ciudad donde viven en Sudáfrica, Nueva Raccoon City. Estar ubicada en el continente negro nos remite al quinto juego de la franquicia. Y pierden mucho tiempo en explicar por qué están ahí. No queda claro para una persona ajena a esta historia las constante inyecciones de sangre, qué experimentos se desarrollan en esa ciudad donde apenas hay tres negros además de ellos y la importancia de su padre en la Corporación Umbrella.
¿Llega a enganchar el primer episodio? A medias. La aparición de uno de los famosos perros zombie de la franquicia y la necesidad de las niñas Wesker por descubrir dónde trabaja su padre te genera curiosidad por saber si existirá un plot twist que involucre más plomo y putrefactos sesos disparados por toda la pantalla.
Los efectos visuales fallan terriblemente. La primera horda pone a prueba a lo visual y reprueba. El fuego derritiendo a uno de los caminantes es deplorable. Nadie lo cree, parece una llamarada en películas estilo Sharknado, la neta. El diseño visual de los zombies queda a deber. De tenebrosos y putrefactos no tienen nada, algo que sí debemos de aplaudirle a The Walking Dead. Resident Evil de Netflix tuvo que contratar al maestro Tom Savini para el trabajo. Él sabe cómo interpretar a estos muertos vivientes gracias a su carrera al lado del padre de los zombies George A. Romero.
El gusano gigante que enfrenta Jade sí es un buen acierto. Si bien no tiene las fauces estilo licker como en el juego, sí tiene un aspecto feroz. Este rastrero es producto de los experimentos de Umbrella en animales e insectos. Lo ridículo es que una serie de ráfagas de metralleta bastan para asesinar a este bestial invertebrado. ¿No el T-Virus fortalece las células al invadir un huésped?
En un principio, Resident Evil la serie falla en su intento de rendir honor a este survival horror. Carece de acción, terror, sangre, misterio, intriga, giros retorcidos, aliados, personajes entrañables y todo lo que nos provoca el videojuego por las noches. Dicho esto, parece que la historia de Mikami, su desarrollador, sigue maldita desde que Paul W S Anderson la tocó con la ayuda de Milla Jovovich. Eso sí, esta serie y algunas cintas de la actriz ucraniana son más atractivas y entretenidas que el bodrio de Welcome to Raccoon City, la estocada final para ese intento de remake en la pantalla grande.