En México han sido casi nulas las quejas por no invitar a Tim Allen a grabar la voz de Buzz Lightyear, realizada desde Toy Story hasta Toy Story 4, y sustituirlo por Chris Evans. casi todo el problema está en Estados Unidos por obvias razones, el idioma. Aquí, Lightyear no ha tenido mayores inconvenientes aún cuando el mítico actor de doblaje José Luis Orozco no está a cargo del astronauta, sino Erick Selim, discípulo de Carlos Segundo.
El director Angus MacLane y la productora Galyn Susman optaron por justificar esta decisión por la naturaleza del personaje: Chris está dando la voz del Buzz original, Tim, es el juguete del cuarto de Andy y amigo de Woody (Tom Hanks). Es coherente sí, suena suficiente, también. El problema es el trasfondo del legendario actor de Santa cláusula y el sitcom Mejorando la casa, echo a un lado de Hollywood por su ideología política.
Allen es aliado del expresidente Donald Trump, de sus ideas republicanas, conservadoras, segregadoras; asistió a su toma de protesta orgullosamente y ahí se terminó la simpatía entre él y la industria cinematográfica de Estados Unidos. Defendió sus creencias con Jimmy Kimmel, tachó de hiopócritas a la gente que le dio la espalda y continuó haciendo comentarios en redes sociales que para nada debieron gustar en la casa del ratón. Y sigue.
Por ejemplo, la semana pasada se le ocurrió tuitear que llevó a algunos niños a Disneyland y uno de ellos, de 13 años, le preguntó si podría ser pansexual por encantarle los sartenes. La broma es clara, la intención también; no digamos el sarcasmo. El problema es que Disneyland estuvo en aprietos por tardarse en decir una palabra sobre la famosa ley "Don't say gay", que prohibía a las escuelas dar educación y orientación sexual en sus aulas. Una legislación, a leguas, homofóbica.
El Daily Mail reportó que Pixar y Disney no tomaron una decisión basada en ideologías políticas, sólo por causes creativos. Pero conocemos cuán correctos están últimamente las productoras en este tipo de escándalos sociales y políticos. En Warner Bros están los casos calientitos de Ezra Miller y Amber Heard, actores de The Flash y Aquaman, quienes podrían quedar fuera por sus conflictos escandalosos que involucran episodios violentos.