Antes de que Mimi Rogers lo involucrara en la cienciología, Tom Cruise encaminó su futuro a las manos de Jesucristo. Qué difícil pensar en un mundo sin la presencia del agente Ethan Hunt en la franquicia de Misión: Imposible o las acrobacias de Maverick en Top Gun, en general hubiera sido una tristeza rotunda cambiar lo heroico por expiar las culpas de tantos pecadores de la fe católica y reunirlos cada domingo en santa comunión, ¿no?
Cada quién su manera de servir a la sociedad, de verdad, nada contra ninguna institución o persona con sus respectivas creencias. Sólo es difícil pensar en un mundo sin un actor aferrado a no mentirle a su público y ejecutar él mismo las escenas de acción de sus películas. ¡Cómo olvidar la vez que se colgó de un avión en movimiento o filmó con un avión cayendo en picada!
Tom siempre ha sido un hombre de fe. Cuando era adolescente estudió en el Seminario de San Francis en la Universidad de Cincinnati, donde lo sorprendieron robando alcohol para echarse unos tragos. Ahí terminaron sus días de estudiar para ser padrecito católico. Un amigo suyo le dijo a Contactmusic que el actor escondía sus pomos en el bosque aledaño al colegio. ¡Gran escondite! Nada como mantener las botellas, quizá de vino, frías para echarse una copita, dos o tres por pura diversión.
"Los padres no lo sabían hasta que otros chicos fueron al bosque y se emborracharon. Los sorprendieron y fueron forzados a confesar", compartió Shane Dempler, entonces compañero de seminario de Tom. ¡Judas! Bueno, al fin gringos. Ellos no saben que poner el dedo es código de barrio así que ni modo, lección aprendida para los rebeldes aspirantes a servir para la comunión de todos los fieles. Se enviaron cartas a sus respectivas casas para solicitar que jamás volvieran. Les ahorraron la expulsión o humillación.
"Decían que les agradábamos, pero preferían ya no volver a vernos", agregó. Lo que les interesó de impartir la palabra de dios comenzó por la fascinación por la vida del cura. Pensaron que todas sus historias eran sensacionales y geniales, así que comenzaron a asistir a menudo a mis apara escuchar esos relatos. Al fin chamacos. Sólo se les olvidó el tema del celibato, no emborracharse, etc. Después vino el tema de la cienciología, su dedicación a la religión, historias macabrasy parodias hechas por South Park, pero esa es otra historia.