Johnny Depp fue el chico más famoso de Pesadilla en la calle del infierno y se convirtió en un rostro mundialmente aclamado con El joven manos de tijera. No obstante, estuvo a punto de protagonizar una de las cintas de horror y suspense más aclamadas en la historia del cine... ¡pero abandonó el proyecto!
Por allá de 1991 llegaba a las estanterías Psicópata Americano, novela sobre el asesino serial Patrick Bateman, escrita por Bret Easton Ellis. El libro se convirtió rápidamente en una atracción literaria y el productor cinematográfico, Edward R. Pressman, no perdió tiempo en adquirir los derechos en al año siguiente de su lanzamiento.
Llevar la idea de un apuesto tipo banquero en Manhattan no era nada sencilla y, de acuerdo al sitio Slashfilm, Johnny Depp fue la primera opción para el papel de Patrick Bateman. No sólo eso, el actor ya había aceptado gustosamente el rol.
Lamentablemente, una serie de obstáculos impidieron que la producción avanzara y, antes de perder más tiempo o dinero, Depp decidió salir del proyecto y enfocarse en otros: El sueño de Arizona (1993), ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993).
Al quite entraron entonces David Cronenberg (sí, el de Crimes of the future) y su protagonista Brad Pitt. El proyecto parecía que marchaba viento en popa, pero la negativa de del cineasta a respetar el guion y la estructura de la historia, ocasionaron que tanto él como Pitt se olvidaran del proyecto.
Ya por último, Lionsgate trajo a Mary Harron para dirigir y aconsejaron que se considerase a Edward Norton para el protagónico de Patrick Bateman. La directora se negó rotundamente y el estudio, entonces, propuso a Leonardo DiCaprio, que venía de haberse robado los corazones de la audiencia con Titanic.
Harron no quería ninguna clase de relación con DiCaprio y se negó siquiera a conocerlo, ella quería fichar a Christian Bale (El caballero de la noche), pues sabía que era el actor ideal para el puesto. El nombre de Ewan McGregor (Obi-Wan Kenobi) salió a relucir también, pero Bale lo convenció de cederle la oportunidad.
Chistian Bale y Mary Harron entonces hicieron equipo para la icónica Psicópata Americano y llegó por fin a pantalla grande en 2000. Con el nuevo milenio, los críticos apostaban por la modernidad de la cinta, que venía heredada del material literario en el que se basaba. Bale se ganó un lugar en la cultura del pop con su asesino serial, sumamento preocupado por el físico y la perfección.