Las expectativas son muy altas con la nueva obra de David Cronenberg, Crimes of the Future, porque una vez más rebasa los límites de la cordura para situarnos en un futuro donde la humanidad habita en un ambiente sintético donde existe un síndrome biológico que causa el crecimiento de nuevos órganos en el cuerpo humano, proceso evolutivo que padece el artista Saul Tenser (Viggo Mortensen), quien toma la decisión de extirparlos en un espectáculo en vivo para todos sus seguidores y con ayuda de su asistente Caprice (Léa Seydoux).
Esta película nace a partir de una película danesa, Sult, donde el cineasta vio un letrero con la leyenda "Crimes of the Future". De inmediato se obsesionó con la idea y en 1970 produjo su visión de loq ue sería un crimen futurista. Después su concepto mutó, como los cuerpos humanos en su nueva obra. "La idea era ver los cambios tecnológicos como sociales, cosas que nunca existieron lo hacían y fueron tomadas como peligrosas o amenzantes para la estructura social", explicó en una entrevista para Cannes.
Básicamente partió de la premisa del miedo del ser humano al cambio y a lo desconocido, así que usó la propia carne y anatomía del hombre para exponer su propio concepto de la evolución. "Si cambiamos parcialmente es por el daño que le estamos haciendo al planeta, por lo que causamos hacia nosotros mismos, por nuestra tecnología; quiero ver cómo reacciona la gente conforme a cambios corporales que pueden parecer peligrosos y, en apariencia, como una necesidad de erradicarlos", agregó.
Aquí entra la grotesca maravilla que siente por sus propios cálculos renales que ha subastado en forma de token no fungible (virtual) por más de 20 mil pesos, pues considera que estas piedras formadas al interior del cuerpo reaccionan a los hábitos de una persona y es una manifestación de belleza interior por parte del cuerpo humano.
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Los crímenes del futuro son contra el cuerpo mismo, y sé que mi respuesta generará confusión y misterio, pero ese es el punto.
Cronenberg encontró influencia en la forma que las personas discapacitadas, enfermas o con malformaciones han abrazado su estado natural como una bendición que la vida otorga. Un proceso doloroso, pero posible y extendido por muchas personas. Eso es cierto, David. Sólo que, a como es él, exageró totalmente este proceso de catarsis personal y aceptación por medios extremistas, en este caso, un hombre extremista como Tenser quien trata de buscar sentido al crecimiento de estos extraños tumores.
"Su objetivo es incorporarlos a su vida diaria, no negarlos, no sólo extirparlos por motivos artísticos para transmitir la necesidad de ajustar nuestros cuerpos y, después, lidiar de forma filosófica y emocional con todos esos cambios. Si me preguntan, sí, definitivamente creo que nuestros cuerpos se han sometido a una evolución", agregó.
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Crimes of the Future empezó a escribirse en 1998 y, desde entonces, por obvias razones nadie quizo financiarla, vaya, hasta Netflix se asustó y le dijo "ahorito no, David, nosotros le llamamos". El lunes veremos la reacción, abandonos, aplausos, abucheos o toda clase de sensaciones que causará en los espectadores. Y, sin temor a equivocarnos, será la película que todo mundo, incluido México, esperara el resto del año.
