Hoy se proyectó en el Festival de cine de Cannes la nueva película del veterano cineasta polaco Jerzy Skolimowski, Eo. Un nombre bastante peculiar, ¿no? Simplemente las vocales que traducen el rebuzno de un asno. Así de fácil, su nueva película está protagonizada desde la perspectiva y anatomía de un simpático burrito. Un actor de cuatro patas que dista totalmente del legado del director que ha tenido las mejores actuaciones de Jeremy Irons y Robert Duvall en su filmografía.
A sus 84 años no pudo estar presente en el certamen, donde contiende por la Palma de Oro, pero estuvo conectado desde su camana en un hospital en Varsovia, Polonia, donde fue atendido por una fuerte caída. Fue muy claro, está fastidiado del drama humano y de la inconsciencia con la que manejamos el mundo. Razón suficiente para justificar esta reinterpretación de la obra de El azar de Baltasar, de Robert Bresson, también centrada en un lindo jumento.
Todo comienza por un circo que abandona a sus animales por denuncias y empuje de grupos activistas contra el maltrato animal. A la deriva, el cuadrúpedo recorre el mundo por sí solo y es testigo de la estupidez del hombre. Al trabajar con un asno, Skolimowski sintió mucha más honestidad al ser un ser vivo que simplemente se dedica a ser y dejarse llevar por su instinto de supervivencia en un mundo bastante caótico.
"Lo que más hace es huir y escapar. Con eso me identifico, porque también trato de no formar parte ni caer en ambientes banales, de injusticia y violencia que ahora domina el mundo", comentó de forma remota para la prensa presenta en la ciudad gala.
Hice esta película para fugarme del drama humano y tener una perspectiva más amplia de todo lo que hay afuera.
¿Fue complicado trabajar con el animal? En absoluto. El polaco sólo se puso en el sitio de cualquier ser amoroso con otro ser vivo: le dio espacio, paciencia, respiro y mucho amor. Prácticamente lo que hacemos en casa los que tenemos amiguitos perrunos o michis. Y sí, se dedicaron a mimarlo, alimentarlo y acariciarlo para que se sintiera en un ambiente bastante seguro. Se llamaba Taco, el principal de los seis utilizados para esta producción.
Eo tiene pocos diálogos de parte de Isabelle Huppert, parte del elenco presente en Cannes, junto con Lorenzo Zurzulo, porque lo único que pretende es la compasión, el respeto, amor y tocar los corazones de todo el espectador. "Mírenlo a los ojos, ahí radica mi protesta contra el maltrato, los rastros y su explotación en granjas", aclaró. La recepción fue positiva y recibió aplausos por el bello trabajo realizado y lejos de lo convencional.