Zac Efron le da descanso a las comedias para protagonizar el remake de Llamas de venganza, la adaptación del libro de Stephen King, Ojos de fuego, que narra cómo Andy y Charlie McGee (Ryan Kiera Armstrong) escapan de The Shop, una agencia gubernamental cuyos experimentos aplicados generó en ellos poderes como la piroquinesis de la niña y la telepatía e hipnosis en caso del padre, pero cada que ejecutan sus habilidades es con un gran precio a pagar.
La historia, que ya está en carteleras este fin de semana para todos los amantes del género de horror y la pluma maldita de Maine, tuvo su primer filme en 1984 con Drew Barrymore como protagonista. En ese entonces, la estrella de Santa Clarita Diet quien apenas tenía nueve añitos. Bajo la dirección de Mark L. Lester, Firestarter fue un rotundo fracaso por todo el caos sucedido durante la preproducción y planeación.
John Carpenter, el maestro creador de Halloween, aceptó la chamba y abandonó, Lester fue su reemplazo; Bill Lancaster, aprobado por King para hacer el guion, también renunció. Stanley Mann finalmente se quedó con la chamba, pero el resultado fue tan malo fue que el propio autor terminó odiándola de principio a fin. Por eso en Llamas de venganza, King tiene la esperanza de observar la redención de su historia.
Y se preguntarán, ¿tan mala es Firestarter, de 1984, como para generar animadversidad en el propio escritor? "Porque es insípida como un puré de papas cocinado en una cafetería", definió para la revista American Film dos años después del estreno. Detestaba que un airecito, estilo el del milagrito de la virgencita en La rosa de Guadalupe, despeinaba a Charlie y avisaba cada que estaba apunto de utilizar su piroquinesis.
Entre las primeras cosas que hizo fue reclamar al productor Dino de Laurentiis por esa ridiculez y jamás recibió respuesta. Tampoco le gustó la elección de David Keith como padre de la niña por su apariencia facial, la esposa del escritor, Tabitha, decía que tenía una mirada bastante tonta; calificó de mala la dirección de Lester al no darle personalidad al jefe de The Shop, James Hollister, ni aprovechar los dotes magistrales de su interprete, Martin Sheen, el padre de Charlie Sheen.
"Es el equivalente a una Big Mac y unas papas a la francesa. Es una de las peores adaptaciones: los efectos especiales no tienen ningún sentido para mi, aún cuando Dino me consultaba cosas", resumió para la misma publicación. ¿Llamas de venganza estará a la altura para hacer olvidar el mal trago a King 38 años después? Eso ya lo descubriremos tan pronto como la vea, tome su Twitter y opine.