¿Sam Raimi estaba adelantado a su tiempo? El cineasta y coleccionista de cómics se encargó de presentar la trilogía de Spider-Man que lideró Tobey Maguire, Kirsten Dunst, James Franco y compañía. Y desde 2002, el director ya había entretejido su propio universo arácnido con algunos guiños a otros personajes de Marvel, incluso antes del MCU, tal como sucedió con la referencia a Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) en El hombre araña 2.
Este momento sucede justo cuando J. Jonah Jameson (J.K. Simmons) se encuentra reflexionando el impacto que ha tenido Doctor Octopus (Alfred Molina) en la sociedad, por supuesto con su propio estilo alarmista, mismo que cataloga a Otto como el responsable del "pánico en las calles".
Y con el fin de encontrar un apodo para este nuevo villano, le pide ayuda a Hoffman (Ted Raimi) y comenzar una lluvia de ideas: "¿Doctor Octopus? ¿Pulpo genio? ¡Doctor Strange!", sugiere el asistente del Daily Bugle. "Está mejor… Ya hay alguien", responde Jameson.
¡Esperen! ¿Cómo que "hay alguien"? Esto confirmó que, en algún punto del universo creado por Sam Raimi, existía un Doctor Strange custodiando el Sanctum Sanctorum en la ciudad de Nueva York. O tal vez fue una simple referencia sin mucha importancia con la que el director demostró -una vez más- su fanatismo por los superhéroes de Marvel.
Ahora mismo han pasado 18 años de aquella escena y curiosamente, el propio Sam Raimi se encargó de dirigir Doctor Strange en el multiverso de la locura, lo cual podría darle aún más sentido al breve diálogo del que hemos hablado y, quizá, traerlo de vuelta en la nueva película de Marvel Studios.