No importa con qué película la hayas conocido: Rebeldes y confundidos, El diario de Bridget Jones o Judy, Renée Zellweger ha demostrado su talento actoral con papeles que recorren la comedia y el drama a lo largo de sus 30 años de carrera, y sus dos premios Oscar son una prueba más. Sin embargo, cuando aún era una actriz joven y buscaba abrirse camino por Hollywood, tuvo que hacerle frente a diversos productores a través de comentarios sexistas y acciones violentas.
Esto lo reveló en una reciente entrevista con Harper's Bazaar, donde la intérprete texana de 52 años recordó cómo en los inicios de su carrera era obligada a beber alcohol previo a grabar escenas con desnudos. Por supuesto esto era disfrazado con comentarios en pro de la actuación, pero jamás fue así.
Hubo ocasiones en las que había estado, ya sabes, en el set donde un productor estaba esperando que me quitara la ropa.
En la misma conversación, la protagonista de Tan distinto como yo, compartió que debía eludir la insistencia de los productores para que bebiera: "'Toma, bebe este vino, porque así lo harás'. No voy a tomar ese vino, pero me gustaría un teléfono porque tengo una llamada que necesito hacer ahora mismo", compartió la dos veces ganadora del Oscar.
A pesar de haber enfrentado esta experiencia, también reveló que soportó comentarios violentos durante el rodaje de La dura realidad, película donde compartió créditos con Winona Ryder, Ethan Hawke y Ben Stiller en 1994. Su personaje se llamó Tami, pero años más tarde descubrió que diversos productores y miembros del rodaje se referían a ella como Tami Bimbo, siempre a sus espaldas.
10 actores y actrices que empezaron sus carreras como extras
Estos fueron los desafíos sexistas con los que Renée Zellweger, una de las actrices con mayor experiencia y reconocimiento en la actualidad, tuvo que lidiar cuando recién comenzaba su carrera. Si deseas conocer su trabajo más reciente, podrás hacerlo en The Thing About Pam, miniserie que aborda la historia del asesinato de Betsy Faria donde Zellweger presenta a Pam Hupp, una compañera de trabajo de la víctima cuyo testimonio fue clave para encarcelar a Russ Faria, el marido de Betsy, quien tenía fama de violento y de tener problemas con la bebida.