Ah, quién fuera la motosierra de Leatherface (Mark Burnham) para desgarrar carne fresca, de millennialls, centennialls o la generación a la que pertenecían todos esos inocentes inversores que llegaron a Harlow con la intención de convertir su árido paisaje en una minita de oro, sin imaginar que, en realidad, se convertiría en su última morada y el episodio más traumático de los sobrevivientes. La masacre de Texas, secuela directa de la película original de Tobe Hooper, ya puede ser vista en Netflix.
Y si algo le debemos agradecer al director David Blue Garcia es la renovación de las víctimas a través de las actrices Sarah Yarkin y Elsie Fisher, las scream queens de esta continuación. El filme plantea el regreso de la única sobreviviente de la matanza del verano de 1973, cuando se sitúa la primera cinta, Sally Hardesty (Olwen Fouéré), ansiosa de cobrar venganza por el asesinato de sus tres amigos y su hermano parapléjico a manos de Leatherface (antes Gunnar Hansen).
Sin embargo, para despegarse de la tóxica y eterna relación entre víctima y victimario, bien ejemplificada en la franquicia Halloween, de John Carpenter, entre Michael Myers y Laurie (Jamie Lee Curtis), el realizador dio un plot twist y centró toda su atención en los personajes de Melody (Yarkin) y Lila (Fisher), las herederas de la maldición de este despiadado asesino. Buena suerte con el gigante de la motosierra, chicas.
1.- Sarah Yarkin, aguantó el baño de heces
Como scream queen debutante, Yarkin debe tener el mérito por esa asquerosa escena donde Leatherface corta la cañería y baña de popó la humanidad de su personaje. Pudo más su pavor de saber que podría ser cortada en cachitos que no vomitó ni se inmutó en limpiarse la mierda. Transmitió la tensión de estar escondida bajo la cama y ver cómo el mazo del gigante destrozó el cráneo de Ritcher (Moe Dunford). Perdería la cabeza posteriormente, pero al menos de forma más digna.
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Tiene 28 años, es de Estados Unidos y hasta antes del estreno de La masacre de Texas, sólo era medio reconocida por su personaje de Andrea Dre Morgan en Feliz día de tu muerte 2, y series como Single Parents y Motherland: Fort Salem, no populares en México, sí en Estados Unidos. Sarah está de suerte porque La masacre de Texas podría influir para que Showtime y Paramount+ la inviten a ser parte del elenco de su serie favorita, Yellowjackets, casi por empezar a filmar la segunda temporada.
¡Vamos, el baño de heces, hechas con avena y chocolate, es valió cada maldito segundo! "Me ofrecieron el trabajo preguntándome si estaba dispuesta a estar cubierta de sangre, lodo y heces, algo totalmente desagradable, y dije: '¡Diablos, sí, lo haré!'", recordó para las notas de producción de la película. No fue tan fácil, la tensión era tan alta al final del día que una sesión tocando ukelele era necesaria para aminorar el estrés.
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2.- Elsie Fisher, ¡manos al volante!
¿Les dio risa cómo el piloto automático la alejó de sufrir el mismo destino que su hermana Melody? La neta a nosotros sí, pero fue sublime ver a Lila gritar horrorizada mientras Leatherface sostiene la cabeza de su carnala, escurrienco chorros de sangre y mirando exclusivamente la famosa danza macabra con la motosierra. A esto le sumamos que sobrevivió a un choque, fue rescatada por Sally y salió a flote del charco al que fue arrastrada por el carnicero de Harlow.
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Ahora, si el tío Netflix se pone la del Puebla, le toca vengar la decapitación de su hermana y regresar a Harlow para cazar a su nueva pesadilla. Hasta este punto no sabemos quién fue mejor, si Elsie o Sarah, el chiste es que no le queda de otra que regresar para ser la principal arma en contra del caníbal. Elsie, nominada al Globo de Oro por la comedia Eight Grade, de 2018, tiene 18 años y más reconocimiento que su colega, y sus títulos lo justifican: es la voz de Masha, en Masha y el oso; Castle Rock y McFarland, USA, junto a Kevin Costner y Maria Bello.
En La masacre en Texas, cuando levanta la escopeta y el sombrero de Sally, se autocondenó en personaje y actriz: "Pensé que habría mucho significado en esta pequeña acción. Parece una metáfora para el círculo traumático que estaba repitiéndose muchos años después. Al final, Lila y Sally son el reflejo de una y otra", confirmó. ¿Necesitan otra señal para descifrar el futuro de la franquicia? Nosotros no. Se avecina el round dos entre Lila y Leatherface. ¡Acábalo! Si es que puedes, niña.
