En diciembre se cumplirán los 25 años del estreno de Titanic, con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet, el hito que rompió récords en 1997 y se colocó como la película más taquillera de la historia, hasta que Avatar, también de James Cameron, la relegó al segundo lugar y, años después, Avengers: Endgame la hizo retroceder hasta el tercer puesto, con una recaudación de más de dos mil 201 millones de dólares.
En su apogeo, la película no tuvo ningún pero, la onda viene que si uno pone mucha atención a los más de tres horas y 15 minutos del corte comercial de Cameron notará que los personajes de Rose (Winslet) y Jack (DiCaprio) tienen situaciones bastante ilógicas, y no nos referimos simplemente a la escena donde él le deja el pedazo de madera a su amada para que se salve, terminando muerto por hipotermia...y con miles de restos enteros flotando en el oceano, que pudo usar para rescatar su propio pellejo.
La estrella fugaz
En fin, se rumora que el corte de Cameron rebasaba, por mucho, los 200 minutos. Así que tuvo que prescindir de escenas esenciales para redondear la personalidad y psicología de sus personajes, y darle mayor coherencia a escenas como el mencionado naufragio. Cameron borró una parte donde Jack le explica a Rose que su padre solía decirle que el paso de una estrella fugaz, era un alma recién ascendida al cielo. Cuando él muere, Rose voltea al cielo en espera de ver el alma de Jack.
Twentieth Century Fox
Rose, una mujer indomable
Como recordarán, Rose es una mujer de clase alta nada cómoda con su posición en la escala social, por eso le es más natural tratar a todos sin distinción. Desafortunadamente, Cameron tomó la decisión de eliminar un díalogo donde abunda sobre su psicología.
Soy robusta, fuerte como un caballo. Vine al mundo para hacer algo, no para ser un adorno. ¿Ves estas manos? Están hechas para trabajar. Hay algo en mi, Jack, lo siento. Debo ser una pintura, escultora o bailarina como Isadora Duncan, un espíritu salvaje y pagano.
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Ay, James, hubieras sido un precursor del empoderamiento de personajes femeninos en ese tiempo si hubieras dejado el diálogo de Winslet. Pero, es entendible, el pensamiento masculino se apoderó de él y lo consideró una nimiedad, en 1997. Así que lo borró. El único indicio de su vida tras el rescate es la explicación de que Rose sí fue bailarina, se casó, tuvo dos hijos, viajó y fue feliz.
Además de la famosa escena erótica y sexual en el cochecito, donde ambos terminan teniendo sexo y empañando los vidrios, los personajes también tuvieron otras muestras de amor, como besos robados y a las espaldas de los guardaespaldas de Rose. Su amor era más que ese acostón. También las separó.
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¿Y Fabrizio?
El mejor amigo de Jack desaparece pronto en la película. Uno entiende que no sobrevivió en el choque contra el iceberg y listo. Los críticos no lo vieron así y le reprocharon a Cameron ese agujero, que fue un balazo en su propio pie, pues el cineasta sí extendió su historia y mostró cómo el italiano se enamoró de Helga, una pasajera nórdica, de quien se separa dramáticamente durante el hundimiento, pues Fabrizio decide quedarse con sus padres y morir a su lado.
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En estas historias truncas, también hay que añadir la desaparición de la dulce niña Cora, una pasajera de tercera clase que enterneció al espectador y al propio DiCaprio. Cameron puso mucho atención en la niña que se olvidó de contar qué pasó con ella, lo descartó y su destino lo dejó a la suposición.
