Como siempre, Johnny Knoxville es experto en llevar a sus compañeros al matadero, Jackass Forever, ya en complejos mexicanos, no es la excepción. En una de las mejores bromas de esta películas, Ehren McGhehey se dispone a probar un suspensorio, lo utilizado en los deportes para proteger los testículos, recibiendo un golpe de un peleador profesional de peso ligero de las artes marciales mixtas. Jeff Tremaine, el director, seguro se divirtió como nunca filmando esta nueva serie de locuras.
El valiente Ehren seguro esperaba la presencia de Glover Teixeira para que usara sus pelotas como costal o pera. No fue así, Knoxville le llevó al campeón de los pesos pesados Francis Ngannou y el resultado fue terrible. Es más, Steve-O, el integrante de la familia Jackass más loco de todos, junto con el finado Ryan Dunn, había levantado la mano para tragarse ese puñetazo y cuando vio la potencia del camerunés, se arrepintió.
Eren terminó sin aliento, al borde de las lágrimas; arrepentido de hacer estas tonterías que a toda una generación nos ha hecho reír desde el 2000, y no era para menos, el artemarcialista tiene una potencia en sus puños de más de 129 mil unidades, aproximadamente 96 caballos de fuerza viajando a una velocidad de apenas unos segundos antes de hacer estragos en sus víctimas.
Es el equivalente a ser atropellado por un Ford Escort corriendo a máxima velocidad y de un mazo de 12 libras impactando con toda su fuerza.
Es la explicación que en algún momento dio Danna White al presenciar la medición de la potencia del campeón de la compañía que preside, la UFC. El africano es una mole en toda su humanidad, incluso, su abdomen es tan fuerte que llega a aguantar una lluvia de ganchos lanzados por Ryan García, uno de los mejores pesos ligeros en el mundo del pugilismo. No había manera que Ehren sobreviviera a eso y lo hizo, estos tipos tienen pacto con el diablo.
Pero no es la única vez que un peleador ha convertido a los Jackass boys en carne de cañón. En la primera cinta de todas, Jackass: La película, Knoxville es brutalmente noqueado por el tonelaje del famoso expeso pesado apodado Butterbean, un boxeador de 171 kilos que entró con Johnny a pelear en un local comercial en Estados Unidos. ¿El saldo? Conmoción y puntos de sutura para el perdedor del combate.