Desde hoy esta en cartelera la nueva película del holandés Paul Verhoeven, Benedetta, la famosa película que ha indignado a círculos religiosos por recuperar y adaptar el controversial caso de la abadesa Benedetta Carlini (Virginie Efira), quien vivió 71 años en la Italia del siglo 17, una monja lesbiana que tuvo una relación sexual con la hermana Bartolomea (Daphne Patakia) y dijo tener visiones espirituales, estigmas y ser el conducto directo entre Dios y el convento Madre de dios, en Pescia, en tiempos de la peste negra.
Este relato, estrenado en el festival de cine de Cannes, está basado en el libro de la escritora e historiadora Judith C. Brown, "Afectos vergonzosos: Sor Benedetta. Entre santa y lesbiana", resultado de una investigación en Florencia, donde encontró las actas del juicio de Benedetta y descubrió cómo Bartolomea narró explícitamente sus encuentros sexuales. Una blasfemia tremenda para la sociedad en tiempos del Renacimiento.
Además, encontró toda la onda de sus supuestas visiones con Dios. En notas proporcionadas por la distribuidora del filme en México, Tulip Pictures, Verhoeven cuenta que el libro y las investigaciones de Judith, además de otros estudios, le dan el beneficio de la duda a Benedetta, sin embargo, no descartan que haya sido una mujer que se inventó los encuentros con Jesús para manipular, obtener poder y vivir los placeres de la carne.
Su primera visión ocurrió en 1613 mientras rezaba. Se encontró con un ángel que le preguntó si queria conocer a dios, según el libro de Brown. Su encuentro se consumó y ya nadie la sacó de esa versión. Muchas de sus visiones ocurrieron en presencia de sus hermanas; algunas le creyeron, otras no. Las escépticas atribuyeron todo a una enfermedad mental, que le permitía cambiar su tono de voz y entrar en un trance breve.
Tulip Pictures
Cuando los estigmas aparecieron, es decir, las manos y los pies perforados por los clavos, el costado atravesado por la lanza y los cortes en la frente por la corona de espinas, las monjas la proclamaron su abadesa. El rector de Pescia, Stefano Checchi, reconoció los estigmas como señales de su conducto con Jesús. Desafortunadamente, su autenticidad cayó cuando supuestamente falleció y resucitó durante la Semana Santa.
El nuncio de Florencia, Alfonso Giglioli (Lambert Wilson, en el filme), presenció dicho acto y emprendió un juicio por blasfemia, mentira y pecado carnal. La autoridad eclesiástica citó a Bartolomea y traicionó a Benedetta durante su declaración. Primero, soltó que Benedetta tenía azafrán diluido en su escritorio. Usado para crear sangre falsa. en las heridas por los clavos. El nuncio descartó su divinidad. Atribuyó sus visiones a una obra del demonio.
Tulip Pictures
Benedetta, de acuerdo con la historiadora, fue condenada a prisión, donde permaneció por más de 35 años y falleció a los 71 años, en 1661, luego de pasar 18 días con fiebre y dolores abdominales bastante fuertes. Tras el fallo del nuncio, la monja habría dicho que nunca volvió a tener sus encuentros angelicales y divinos. Todo parece indicar, como lo sugiere Verhoeven en su filme, que se trató de una farsa con fines de obtener poder y placeres.
