Era cuestión de tiempo para que el nuevo filme de Paul Verhoeven, Benedetta, fuera tomada como una blasfemia por círculos religiosos y católicos de todo el mundo. ¿Sorprende? ¡En absoluto! Sería más preocupante si el vetarano cineasta neerlandés no hubiera causado nada de ruido con su historia sobre los juicios a la abadesa Benedetta (Virginie Efira), acusada del más bajo de todos los pecados de la iglesia católica y condenada a la hoguera por sostener una relación sexual lésbica con la hermana Bartolomea (Daphne Patakia).
Esta historia, ya disponible en salas del país y parte de la selección oficial de Cannes 2021, está basada en un hecho real de la Italia del siglo 17. A través del material proporcionado por la distribuidora Tulip Pictures, Verhoeven narra que esta cinta es una adaptación del libro "Afectos vergonzosos: Sor Benedetta, entre santa y lesbiana", de Judith C. Brown, quien encontró en Florencia las actas del juicio, descripciones de la hermana Bartolomea bastante explícitas, pasajes como el consolador de madera con una Virgen en el mango.
Además de esta narrativa carnal, el toque de Verhoeven en varias de sus cintas, entre ellas la clásica Bajos instintos, con Sharon Stone y Michael Douglas, se cuenta que la abadesa tenía visiones con Jesús, sufrió estigmas y aseguró ser el contacto entre dios y la tierra; agregando la insinuación sobre cómo las grandes autoridades de la iglesia católica, como el nuncio apostólico en Florencia (Lambert Wilson), también pecaban al sostener relaciones sexuales secretas con prostitutas y sirvientas. Una hipocresía total.
Parece que esto fue suficiente para que en varias instituciones religiosas pegaran el grito y empezaran a prohibir la cinta en varios países. Por ejemplo, Singapur, se rehusó a otorgarle clasificación por considerar ofensiva para la iglesia católica la representación explícita de la blasfémica relación homosexual entre dos monjas. No permitieron su estreno.
El filme fue ovacionado con cinco minutos de aplausos en Cannes, algo que Verhoeven tenía presupuestado por ser Europa un continente con una baja de creyentes religiosos. Puso su atención en Latinoamérica y sobre todo en Estados Unidos, y como si fuera profeta, tuvo razón. La sociedad americana por la defensa de la tradición, propiedad y la familia, una instancia católica, se manifestó contra la cinta en las calles y fuera de los complejos donde se proyectaba.
Una monjita, la hermana Helena Burns, una vocera frecuentada en este tipo de temas, según el portal Insider, sí se mostró bastante enojada. "Siempre hay problema con las películas sobre monjas, porque son realmente malas y Benedetta no es la excepción. Siempre nos relacionan con puro sexo y nosotras no estamos obsesionadas con eso, ustedes, chicos, son los que lo están", dijo.
Evengélicos, cristianos, católicos y varios ofendidos la catalogaron como una "inmundicia pornográfica". Y llegaron a instancias de crear una petición para solicitar a Jérome Seydoux, copresidente de Pathé Films, en Francia, que detenga la distribución de Benedetta por atentar contra los valores de los buenos cristianos. También se registraron protestas fuera del festival de cine de Nueva York, el año pasado.
El Vaticano ni siquiera se ha manifestado como en otras ocasiones. Y, como siempre, todos estos movimientos sólo promueven y dan publicidad a buenas películas como Benedetta, una nueva muestra de cuán liberal puede ser el viejo Verhoeven a sus 82 años. A Pedrito Sola, don mayonesa, le gustó el filme y lo promovió en sus redes sociales y nosotros también te la recomendamos, sobre todo si eres fan de este cineasta detrás de RoboCop, Invasión y Elle: Abuso y seducción.