Los que no se animaron a ir al Corona Capital, o no tuvieron alguna parranda, se quedaron en casa maratoneando con la nueva sensación surcoreana en Netflix, Rumbo al infierno, del director de Estación zombie, Sang-Ho Yeon. Ya con el puro nombre, si son fanáticos y clavados dentro del género, fue suficiente para animarse a ver la serie o, simplemente, porque estamos en un boom de las producciones asiáticas y el fervor dejado por El juego del calamar.
Esta nueva miniserie, de seis capítulos, no tiene nada de novedoso en su trama: narra cómo un fanático y manipulador religioso, Jeong Jin-soo (Ah-In yoo), dirige la religión Saejinrihwe y busca llevar a su rebaño por el camino de la rectitud o, de lo contrario, un ángel podría avisarles el día y la hora exacta de su dolorosa muerte. Tres seres sobrenaturales, que parecen Abomination (Tim Roth en el MCU), brutalizan a las víctimas y cumplen la premonición de llevar sus almas al infierno.
Un locutor de radio y un detective tratarán de dar con el fondo del asunto. Como podrán leer, o si es que ya la vieron, la serie es un híbrido o influencia de varias películas, series, manga o cómics. Antes de profundizar, todo se extrajo del webtoon del mismo nombre y autor, y un cortometraje dividido en dos partes, lanzados en 2003 y 2006. La premisa de la sentencia de muerte es muy parecida a la de Death Note, sólo que acá la víctima es advertida por una criatura celestial. Y en lugar de shinigamis, son tres seres colosales que castigan y torturan a golpes antes de quemarlos vivos.
También nos viene a la mente la saga Destino final. Jamás eras avisado, pero el último día de vida es escrito por el demonio William Bludworth (Tony Todd, la leyenda de horror detrás de Candyman). Y el asesinato no es nada sencillo. O te electrocutan o quedas embarrado en el asfalto, u otras formas. También hace recordar al filme La hora de tu muerte, disponible en HBO Max, donde una aplicación celular traza cuánto te queda de vida.
Por otro lado, el tema de la secta también lo tenemos muy fresco. Después de ver Misa de medianoche y conocer el tema siniestro detrás del embaucador padre Paul Hill (Hamish Linklater), sabemos que en algún momento odiaremos al líder de todo el movimiento. Aquí no es la excepción, Jim-soo utiliza el menor rastro de los ángeles del infierno y sus víctimas para advertir a todos los pecadores que su destino estaría dictado en caso de salirse del camino.
Lo único que no saben es que él también está marcado y, detrás de todo su verborrea, hay algo misterioso que podría ser ser su salvación. Hasta ahora, la crítica asiática la marca como digna sucesora del Juego del calamar. A nivel regional puede que lo sea, internacional, no. Lo que sucedió con el battle royal parece ser único, pues es un género que hasta hace unos meses permanecía en un nicho de lectores de Stephen King, fans del filme Battle Royale y mangas como Alice in Borderland. Veremos cuánto ruido logra Ho-Yeon con su historia de ángeles infernales (o lo que resulten ser).