Este jueves 18 de noviembre, por fin llega a las pantallas grandes Ghostbusters: El legado, película dirigida por Jason Reitman, que continúa el canon establecido por Los Cazafantasmas y Cazafantasmas II, cintas dirigidas por su papá, Ivan Reitman. La entrega presenta a nuevos personajes: Callie (Carrie Coon), Mr. Grooberson (Paul Rudd), Phoebe (Mckenna Grace), Trevor (Finn Wolfhard), Lucky (Celeste O’Connor) y Podcast (Logan Kim). Y, por supuesto, no podían faltar las presencias de Los Cazafantasmas originales: Peter Venkman (Bill Murray), Raymond Stanz (Dan Aykroyd) y Winston Zeddemore (Ernie Hudson).
En materia física, el gran ausente fue Harold Ramis, quien interpretó a Egon Spengler, personaje clave en la historia original. El 24 de febrero de 2014 falleció, luego de batallar con una rara enfermedad conocida como vasculitis inflamatoria autoinmune (que causa que los vasos sanguíneos, incluyendo arterias y venas, se hinchen y causen daños a los órganos). Y como éste es un final explicado, te advertimos que, a partir de la siguiente línea, todo será un spoiler.
Bueno, como decíamos, Egon estuvo ausente en lo material, no así en lo espiritual dentro de la ficción ya que toda la historia gira en torno a él. Desde el principio nos enteramos que, en solitario, combatía una gran amenaza que podría poner en peligro al mundo entero. Luego, su enemigo le arrebata la vida, por lo que la granja desde donde la combatía pasa a manos de su única heredera, Callie, y sus hijos: Trevor, un adolescente cuyas hormonas lo orillan a trabajar en un restaurante (donde se enamora de Happy); y Phoebe, una niña amante de la ciencia y con un peculiar sentido del humor.
Al ser una película de fantasmas, es obvio que el espíritu de Egon quede encerrado en su última morada y, por lo tanto, trate de comunicarse con su nieta quien, al final de cuentas, es la más similar a él (hasta en los lentes, vaya). Dicho sea esto, pasemos a otro punto importante, los monstruos. En primer lugar, vemos regresar a Pegajoso, quien da ternura porque es notorio que los años no pasaron en balde por él; y también al Stay-Puft Marshmallow Man, pero en simpáticas presentaciones minis (eso sí, igual de malvadas que aquel que vimos en el primer filme de la saga).
Y también a los enemigos de la segunda entrega: Vinz Clortho y Zuul (esa especie de perros infernales) quienes deben tener relaciones sexuales para traer de vuelta a Gozer, un dios sin género mesopotámico que busca la aniquilación de la vida humana. En Cazafantasmas II poseen a los personajes de Rick Moranis y Sigourney Weaver, respectivamente; y ahora, a los de Coon y Rudd.
El regreso de estas criaturas era lo que Egon estaba evitando a toda costa. Y al final, fue quienes lo mataron. Pero gracias a que su espíritu quedó en la granja, sus descendientes y aliados pudieron resolver el misterio que quedó inconcluso. Cuando llega el turno en pantalla de la batalla final, los malos parecen llevar la ventaja; pero de pronto, entra el cast original a salvar el día… a medias ya que, como son adultos mayores, no tienen la misma fortaleza que en sus años mozos. Y de pronto, el filme nos conecta un gancho al hígado de la nostalgia con la aparición del fantasma de Egon (sí, muy al estilo de Los Jedi caídos en Star Wars: Episodio VI – El retorno del Jedi). El momento es épico ya que la manifestación espiritual lucha codo a codo con sus amigos y hasta se despide de sus familiares.
Esto es de suma importancia ya que (si eres muy chico para recordarlo) Ramis y Murray estuvieron muchos años peleados por un suceso violento que vivieron durante la grabación de Atrapado en el tiempo. De hecho, hicieron las paces cuando el finado estaba en su etapa terminal. Por eso, su reencuentro y adiós definitivo es el doble de significativo.
'Ghostbusters: El Legado': ¿Quién es quién en el reparto de la película con Bill Murray y Paul Rudd?Ahora, hablemos de las escenas postcréditos. Como ya dijimos, los enemigos de la actual entrega son los mismos que los de 1989. Por ello, era natural que regresara Sigourney Weaver con un simpático momento al lado de Murray. Pero la segunda escena es la más importante porque, desde luego, nos deja en puntos suspensivos para futuras entregas. Ernie es millonario y le cuenta a la exasistente de Los Cazafantas, Janine (Annie Potts), su intención de volver a abrir la vieja sede neoyorquina de la compañía. Es más, podemos ver que su intención se materializa ahora que ya hay refuerzos para volverla a iniciar (Phoebe, Trevor, Lucky y Podcast). Pero también queda claro quién, o quiénes, será el enemigo a vencer.
Si fuiste un niño que creció en los noventa, recordarás que hubo una caricatura sobre Los Cazafantasmas; y en ella (en un capítulo doble), se contó lo que pasaría si la bóveda donde depositaban a todos los fantasmas sufriera una filtración. Y aquí vemos que, esa misma bóveda, está con los focos rojos de alerta. Claramente es un guiño a que puede suceder lo que vimos en la serie animada o, por supuesto, alguna otra cosa en la que la bóveda esté relacionada.
¿Qué te pareció Ghostbusters: El legado? A nosotros, como podrás notar, nos encantó.