El esfuerzo por construir una iteración única, nueva y muy satisfactoria de un personaje inmortal es impecable en Sin tiempo para morir. La última película de Daniel Craig como James Bond se enfrentó a un sinfín de contratiempos durante el rodaje y estreno debido a la pademia. Nada de lo anterior fue impedimento para que el director, Cary Fukunaga, nos regalara un desenlace descaradamente convencional con sorpresas elegantes para mantenernos al límite.
El gran final muestra que la franquicia 007 todavía es capaz de sorprender a los fans con su propio sentido de grandeza y misterio caricaturesco, pero esta despedida, además de conmovedora, desarrolla la faceta más humana de Bond pues, de acuerdo con el director, quien ha estado detrás de otras producciones como Beasts of No Nation, "la ventaja que tiene el James Bond de Daniel Craig es que todas sus pelÍculas están conectadas".
De acuerdo a Cary, "todas las películas de Daniel Craig están relacionadas y tienen la ventaja única de estar interconectadas, desde Casino Royale y Operación Skyfall hasta Sin tiempo para morir. Algunos personajes han regresado y todavía se siente el fallecimiento de personajes importantes", asegura en entrevista para Sensacine México.
Es una historia continua a diferencia de las películas pasadas [...] en esta última entrega con Daniel, sientes todas las conexiones con las películas pasadas y se siente la conclusión de una historia que empezó desde Casino Royale
Hace más de 40 años nació el cine del agente secreto británico con licencia para matar y la fórmula sigue siendo la misma: un héroe frente a la maldad. Si un enemigo de la humanidad quiere destruir el mundo o parte de sus riquezas, Bond, defensor de la civilización occidental, se le enfrentará y lo vencerá.
Sin embargo, Cary asegura que, a diferencia de las entregas protagonizadas por Sean Connery o Pierce Brosnan, las películas de Daniel también profundizan en el lado humano nunca antes visto del personaje:
Este Bond es más complejo de lo que vimos en generaciones pasadas, porque tiene todas las habilidades de un espía, pero también heridas del pasado que lo atormentan. Su complejidad, más allá de su status y personalidad autoritaria, deja que haya sorpresas
Además de la inmunidad, el éxito en la cama, la buena vida, el cinismo, la frialdad, la flema británica y su licencia para matar, las películas de Bond se han caracterizado por retratar el contexto político del momento. Soviéticos en unas, asiáticos o magnates iluminados en otras. No obstante, Cary concluye que el personaje de Rami Malek "más allá de un 'villano', es alguien que fractura el orden mundial cuando exhibe su verdadera estructura".
"Creo que más allá de un contexto político, lo que queríamos retratar cuando estábamos pensando la historia era la constante fractura del orden mundial. Queríamos mostrar cuánta desinformación y desestabilización hay en el mundo y cómo los nuevos 'villanos' funcionan a través de un nueva estructura pues ya no se habla de nacionalidad", añadió.
Cary Fukunaga también dirige a Léa Seydoux, Lashana Lynch, Ana de Armas y Christoph Waltz en esta última entrega del agente 007 protagonizada por Daniel Craig, quien empezó su viaje como James Bond desde 2006 con Casino Royale, la cual estrenó en salas de América Latina este fin de semana.