El juego del calamar es toda una sensación en redes sociales y las bromas sobre un juego en el que mueres o ganas millones no paran de surgir en internet. No obstante, el entretenimiento está sobrepasando el límite, puesto que hay varias personas llamando al número que aparece en la tarjeta de la serie para comprobar si existe este lugar en el que te reclutan para jugar juegos de niños coreanos. La respuesta es que este número sí es real, pero no es ninguna secta, es de una señora cuya vida se ha puesto de cabeza.
Cuando los curiosos quisieron ver qué pasaba si marcaban el número de El juego del calamar, la sorpresa fue inmensa al darse cuenta que daba tono o que los mensajes sí llegaban. Lo que nunca contemplaron, es que pertenecería a alguien común y corriente, con una vida que se está viendo arruinada por la serie de Netflix, puesto que el número pertenece a una señora que denunció en redes sociales acoso por parte de las personas que vieron la serie.
La situación es peor que cuando los del banco te están llame y llame para que adquieras una tarjeta, a esta pobre señora no paran de llamarla y de mandarle mensajes pidiéndole ser parte del juego. Le llaman y luego luego le cuelgan, le mandan mensajes sólo para molestar, le mandan insultos, y alguien hasta le rogó que lo dejara jugar puesto que debía más de un millón de dólares.
El disgusto por el que está pasando la dueña del número llegó a oídos de Netflix, quien en pocas palabras dijo: "ah, bueno, no podemos hacer nada" alegando que la serie ya estaba al aire y no había manera de eliminar el número, por lo que le sugirieron que lo cambiara. ¡¿Cómo no se le ocurrió a la señora cambiar el número?! Bueno, la solución no es tan fácil ya que lleva siendo dueña de él desde hace 10 años y su negocio completo depende de las llamadas y mensajes que entran.
'El juego del calamar': ¿Habrá una segunda temporada? El creador de la serie de Netflix respondeLa productora de la serie le ofreció 850 dólares de recompensa a la afectada, cifra que aumentaron a 4300, luego de decirle "nosotros lo checamos, saludos coordiales". No se sabe si la señora aceptó el dinero, pero sí ha de ser muy frustrante por lo que está pasando. Lo que es seguro es que no fue hecho con dolo, sólo una terrible coincidencia.