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    'Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos': La obsesión de Wong Kar-wai por Tony Leung, el hombre detrás del Mandarín

    Las personas que no les gustan las películas de superhéroes han mostrado cierto interés en 'Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos' por un actor en particular, Tony Leung, a leguas uno de los favoritos del cineasta de culto Wong Kar Wai.

    Por lo regular a las personas que gustan del cine independiente no les atraen nadita las producciones comerciales, mucho menos de superhéroes, pero Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos parece ser la excepción, todo gracias a un hombre en particular y a la historia del personaje que le toca interpretar: Tony Leung, el legendario actor hongkonés detrás de la figura paterna de Shang-Chi (Simu Liu), el renovado Mandarín Wenwu.

    Sin temor a equivocarnos, Leung es el actor favorito de Wong Kar-wai. Su obsesión. Presente en seis de los 10 filmes del realizador chino: Days of Being Wild (1990), Chungking Express (1994), Happy Together (1997), In the Mood of Love (2000), 2046 (2004) y El Gran Maestro (2013), esta última puede que sea la más conocida entre los fans de la ciencia ficción y Marvel, al ser el drama biográfico del maestro del Wing-Chun, Ip Man, que no se debe confundir con la franquicia estelarizada por el fregonazo de Donnie Yen

    El cine de Wong Kar-wai tiene el elemento de la ausencia muy presente, quizá sólo en Chungking Express hay un halo de esperanza cayendo sobre los protagonistas de la historia, pero en general es una luz ténue o hasta nula, y es ahí donde le toca desenvolverse a Leung, en los pantalones y zapatos de hombres abrumados por tristeza, por el desamor, amores prohibidos o no correspondidos; hay un sufrimiento constante por la imagen de una mujer. Estas películas rebasan la ficción, tienen la peculiaridad de adentrarse completamente en el sentir del espectador y todo gracias al perfeccionismo del director y la magistralidad del actor. 

    En Shang-Chi, el mundo del Mandarín Wenwu se derrumba luego de que una organización criminal enemiga asesina a su esposa y madre de sus dos hijos, Ying-Li (Fala Chen), para saldar una vieja cuenta pendiente, entonces enloquece y vuelve a convertirse en el peligroso criminal que todos conocemos. Sin embargo, el único indicio de bondad que sobrevive en su corazón es el recuerdo y la sed de venganza por la mujer que amó. En términos de análisis, y habría que preguntarle al director Destin Daniel Cretton, la contratación de Leung parece ser uno de los aciertos más inteligentes dentro de la ficción del MCU. 

    Marvel Studios

    Por eso, todo el sector de expectadores hambrientos de la complejidad del séptimo arte quisieran entrar a una sala a ver a uno de sus actores favoritos, porque está claro que el hongkonés no aceptaría cualquier papel banal. Tiene una reputación que cuidar y respaldar. Además, David Callaham, el guionista detrás de esta cinta de la Fase 4 del MCU, ha revelado que pensaron en él para el Mandarín por no representar la villanía que originalmente todos conocemos, sino un hombre totalmente distinto. De hecho, se dice que a Leung le pidieron no leer los cómics y hacer su propio trabajo. Excelso lo logrado. 

    Y hay una anécdota interesante que, al tener completa libertad de hacer suyo al Mandarín, vale la pena contar: "Ya había descartado personajes de padres defraudando a sus hijos, porque no quiero recordar cómo me trataba el mío. Tampoco quería un superhéroe porque no lo puedo imaginar en la vida real.  Al final vi [en Wenwu] un hombre que falló como papá, pero que ama a su familia por encima de todo", aseguró para GQ, en una de las pocas entrevistas que ofreció para promover este filme.

    Vice

    La práctica de artes marciales ya venía agregada en su contratación, porque entrenó duro para poder honrar la memoria del maestro Ip Man en El Gran Maestro y ha participado en otras películas del corte, y tenemos que darle mención honorífica a Red Cliff, donde da vida al Zhou Yu, el jefe militar del Reino de Wu. En la vida real es creyente de la filosofía budista, y algo que aprendió a valorar más en esta experiencia en Holywood fue la villanía: "Generalmente ser mala persona en la vida real trae consecuencias, pero en el cine te da libertad de serlo y su construcción es compleja", reflexionó.  

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